¿ESPEJITO, ESPEJITO, QUIÉN ES LA PERSONA MÁS GENIAL QUE EXISTE?
Paso mucho tiempo sumergido en las profundidades de las almas humanas; a partir de la propia, observo detenidamente las aptitudes y expresiones emanadas en el entorno, luego bucear entre las entrañas del pasado y del presente hasta descubrir tanto los propósitos de cada expresión como las raíces intrínsecas de las mismas.
Escribo en "Los Ritos de la Vida" que 'las palabras son una radiografía del pensamiento'; el tema aquí, por tanto, es ir detrás de ellas rastreando sus huellas. Luego darle seguimiento en distintos momentos, para ir construyendo el perfil de cada implicado, al igual de lograr una apreciación certera al respecto. De una u otra forma todos los seres hacemos lo mismo, consiente o inconscientemente; la diferencia es la profundidad del alcance.
Por lo pronto el asunto se circunscribe a la sobrevaloración. Los psicólogos plantean que se debe tener la autoestima alta y con este concepto han logrado que una gran mayoría de los seres no miren sus deficiencias y errores, ni mucho menos -claro está- realicen los correctivos necesarios para subir el nivel de calidad de su actuar, su entendimiento (pensamiento abstracto), y de relaciones con su entorno.
En la absoluta mayoría de aquellos cuya existencia es una ilusión entre espejismos, viven buscando y señalando culpables de sus errores, pérdidas, fracasos, debilidades, tropiezos, etc., entre las personas que lo rodea; quienes, en última instancia, asumen culpas en tanto están reaccionando a los estímulos provocados por el susodicho soñador de su perfección mesiánica.
Y dícese: "perdí porque había mucha división" (nada que ver por lo no actuado de cara a la unidad, entre otras falencias); 'las encuestas fueron equivocadas' (olvidando sus errores de no escuchar las críticas, etc., o el análisis comparativo de dicha herramienta científica); 'mala suerte, no tengo el dinero para esa inversión', (sin pensar que nunca hizo el esfuerzo de ahorrar); 'el tráfico me impidió llegar a tiempo y perdí la oportunidad', (pero ya pasó Juan, quien inició el trayecto más temprano entendiendo el asunto del tráficos)...
Siempre la culpa la tendrá Menganito, Zutanito, La Suerte, etc.; jamás encontrará en el espejo de la auto satisfacción el más mínimo resquicio de ignorancia; tanto negando los hechos de vivencias concretos, como también a la sabiduría histórica.
En múltiples ocasiones he escuchado a personas criticar correcta y despiadadamente a otras, sin darse cuenta que todas esas críticas son también aplicables a su comportamiento. Viven inmersos en un sin número de excusas, tan sutiles que son difíciles de definir como tales (leer 'El que tiene Tienda que la atienda).
"Díganme lo malo que lo bueno ya lo sé" expresaba el General Torrijos en su continuo trasegar por las comunidades más desprotegidas. Siendo la moraleja el mirarse diariamente al espejo y preguntarle todo lo malo que se ha hecho, para salir decididamente a ser mejores para construir una sociedad renovada.
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Moisés Pinzón Martínez
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