El petroleo bajo de precio

«LA MISIÓN DE UN DIRIGENTE ES SER IMPRESCINDIBLE POR EL MENOR TIEMPO POSIBLE.» General Omar Torrijos Herrera.
Hoy Sábado 13 de junio de 2015, a las 8:45 p.m. , luego de 5 meses de tenaz constancia, logramos recibir la visita número 100,000. El 12 de agosto (2 meses) logramos la visita número 200,000. El 21 de septiembre logramos la vista No.300,000. Gracias---Dejaré esta información por un asunto histórico.
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lunes, 28 de marzo de 2016

Moisés Pinzón Martínez: Radiografía de un infiltrado, refl. 52


 RADIOGRAFÍA DE UN INFILTRADO
Reflexión No.52

Síntomas de un agente infiltrado:
1.- Nunca termina una tarea; sin embargo, demuestra a muerte que las hizo todas 

2.- Siempre tiene una excusa creíble; extremadamente evasivo, si logras comprometerlo con algo, rara vez  cumple, en la mayoría de los casos a medias. Todo el mundo tiene la culpa de por qué no hizo lo indicado.

3.-
 Vive acusando a todos  (solo critica, no acepta auto-críticas), es el primero en hablar con un discurso mordaz por lo que evita ser blanco de las miradas y los señalamientos. No obstante, si ha logrado destacar sin ser notado, su participación en las reuniones es casi imperceptible, solo balbucean cosas. Rara vez sus comentarios son constructivos, ni aparecen conclusiones que ayuden a resolver disyuntivas.  

4.-
 Se presenta como el súper teórico y sabiondo (metiendo camarones ideológicos, sembrando cizañas, promotor de bolas, etc.). Vive señalando a los demás de ignorantes, agentes, reaccionarios, ultrosos; inmorales, como si se careciera de hormonas o la constante de la procedencia de la mayoría de los dirigentes fuesen hogares normales y no disfuncionales, ... desestimando los aportes que cada cual realiza en la sumatoria del gran cause de las transformaciones revolucionarias; es el primero en colocar sobrenombres despectivos, evitando consensos o el desarrollo de liderazgos.

5.-
 Es en la valoración de su comportamiento económico donde se puede precisar el diagnóstico; cómo se gana los recursos y cómo se los gasta. La mayoría de los casos sin ser especialistas están ubicados en puestos que no conoce su labor; aparentan con mucha habilidad saberlo y nadie sabe cómo llegó ahí. Observando por años a un amigo, siempre me pregunté cómo logran tanta fidelidad con tan poco; los cooptan desde muy jóvenes en los colegios, les resuelven pequeños problemas que para el muchacho son muy grandes, y lo introducen en una espiral militar-mafiosa por lo que se logra un espíritu de grupo; convirtiendo en el tiempo, el temor en lealtad. Hay los que son afiliados cuando ya han demostrado dotes de dirigentes, pero estos son desenmascarados rápidamente.


6.- Hay diferentes categorías de infiltrados con diferentes papeles; hay los que cumplen varias funciones. Sin embargo, todos actúan evitando exponerse; por lo que buscan un cuerpo frágil a través del cual pueda operar. La posesión ocurre a través de desmoronar la confianza de la víctima con puntuales críticas de su actuar, muchas veces naturales pero con frecuencia artificiales; de tal manera que agotada esta primera fase, el espía pasa a controlarl@ ya que se convirtió en el referente del conocimiento sobre el que hacer o cómo comportarse o qué decir.  No confundir esta acción con los que verdaderamente quieren ayudar al desarrollo de la personalidad; hay que aprender a detectar la buena fe.  

Ojo, que son tan sigilosos como las ratas; rara vez dan la cara; e igual que en la naturaleza, hay que ir como el gato -en silencio- siguiéndole el rastro. No se gana nada evidenciar su existencia, te mandarán otro más astuto o que no conoces; además, siempre existe la posibilidad de estar equivocados en la apreciación. 

El asunto es ubicarlo y mantenerse atento en los detalles, obligando el cumplimiento de las tareas una y otra vez a partir del centralismo democrático y el estudio profundo de las teorías revolucionarias. El papel de un infiltrado es evitar que el conocimiento fluya entre las masas y en especial entre los dirigentes, así pueden manipularlos fácilmente. Mientras sus bases sean de dirigentes consigneros no hay manera como el movimiento se desarrolle, pudiendo mantenerse a flote, cumplimento su tarea de saboteo con facilidad. Esto último tiene una presentación práctica en el libro ES INEVITABLE (esta gratis en la red) a partir del ejemplo de Colombia; hay más ejemplos pero guardamos cautela porque son movimiento que están o han podido aislar o expulsar a las ratas. Es en un estricto balance permanente del cumplimiento de las tareas donde van desenmascarándose o huyen los infiltrados.  

Solo dudar de que esto sucede diariamente es pecar de ingenuos; casi como asegurando que los 40 mil millones de dólares (vistos hace 5 años) de presupuesto de la CIA es para garantizar el bienestar del mundo; además de lo invertido por el resto de las Agencias de Inteligencia nacionales e internacionales.

En Panamá, después de la invasión, los gringos dejaron penetradas todas las organizaciones para evitar consensos y desarrollo de liderazgos. Dudarlo es creer que ellos vinieron a destruir un país y a asesinar a miles de inocentes para enseñarnos la Palabra de Dios. No obstante, el desarrollo de los movimientos populares, lograron garantizar que dicho diabólico evento fuera un fracaso; su principal objetivo, que era recuperar el Canal, no lo lograron. Y en el camino se están consolidando nuevas y más amplias perspectivas políticas inclusivas de grandes y diversos sectores  sociales. Inevitablemente, los procesos políticos de consolidación de nuestra independencia y liberación social ni el médico chino puede cambiarlos. 

La historia está en favor de las transformaciones y ya es un huracán; indicando que aquellos que están en su contra no importa qué hagan o cuánto planifiquen, siempre les saldrá mal: Si lo hacen bien, les saldrá mal; hagan lo qué hagan siempre les aparecerá la bruja. De la misma manera en que sucedió con la Revolución Francesa, en donde El Capitalismo era revolucionario; nada de lo que los dirigentes Feudales realizaban, les salía bien.

Nos corresponde igual que hiciese Josué antes de invadir Jericó (primera referencia histórica de la necesidad del espionaje en el arte de la guerra y de la política) o Fouché en la Francia Revolucionaria, armar nuestras estructuras. La diferencia es que ellos actúan sin principios, en defensa del poder omnívoro de 4 maleantes que se chupan la sangre de un país o del mundo; mientras tanto, nosotros desempeñamos nuestra acción por amor al prójimo y por amor a la tierra que está a punto de dejar de existir por dos motivos que no sabemos cuál sea el primero: o la guerra, o por su uso indiscriminado.
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Esto que aparece en el meme, 
conjugado con la segunda tesis de Feuerbach de Marx-Engels, 
son las herramientas fundamentales para los diagnostico.

II Tesis de Feuerbach: El problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad objetiva, no es un problema teórico, sino un problema práctico. Es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar  la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento. E1 litigio sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento que se aísla de la práctica, es un problema puramente escolástico.


no deje de darle una miradita a los documentos de este blog:


Baje el libro "Es inevitable" primer estudio en el mundo que analiza con objetividad científica la realidad socio-política-económica actual. Además entre tema y tema desbroza las razones objetivas de la caída de la URSS (igualmente es el primer documento que analiza  científicamente este tema)





sábado, 30 de enero de 2016

Dirigencia del PSOE: arma secreta de la CIA para América Latina. REFL.48


LA NEUTRALIDAD Y LA SOLUCIÓN DE LOS PROBLEMAS SOCIALES
ES LA RAZÓN DEL TORRIJISMO.
Refl. No. 48

(este documento fue circulado el 2 de octubre de 2015)

Una de las frases más trascendentales de Omar Torrijos Herrera y que determinaron su estrategia política en cuanto al proceso de Liberación Nacional que nos permitió alcanzar el máximo sueño de la nacionalidad panameña como fuera la eliminación de la Quinta Frontera fue y es: “Ni con la izquierda ni con la derecha, con Panamá”. Esta sencilla frase tiene el poder de determinar incluso los principios de la política exterior del país que nos ha regido hasta el día de hoy; solo interrumpida por el gobierno fascista de Martinelli y al final del de la Diseñadora de Interiores. 

El que nuestro país sea el administrador del Canal de Panamá, que representa uno de los dos canales más importantes del mundo en el tránsito del comercio internacional (cuyos gobiernos son diversos) nos obligan a mantener una política internacional NEUTRAL. Y para que esto sea siempre así, nuestros Partidos Políticos también tienen que entenderlo y educar a sus bases y a la nación en esa visión, independientemente de la ideología que profesen. Solo recordar que el logro de los tratados Torrijos Carter y su cumplimiento (nos invadieron para incumplirlo) fue el producto de la conjunción de las voluntades de todos los países sin excepción; indicando que le debemos al mundo nuestra neutralidad. 

Por otro lado, la estrategia Torrijista estaba totalmente vinculada a la solución de las necesidades de los pobres y excluidos. Lo que le permitió conseguir un rotundo apoyo de todos los diversos sectores sociales del país, aislando a la oligarquía que nos tenía sumidos en la miseria. 

Estos dos determinantes factores son los que hemos heredado de nuestro líder histórico General Omar Torrijos Herrera; herencia que todo indica se ha ido olvidando en el transcurrir de los años luego de su asesinado. Olvido éste que se consolida con una rara alianza a La Socialdemocracia Internacional vanguardizada por el PSOE, que hace mucho tiempo ha abandonado su papel progresista y desarrollista por no decir revolucionario, convirtiéndose en el mandadero del gran imperio y los grandes capitales. 

Solo recordar que mientras nosotros logramos que las bases norteamericanas se fueran de este país, la primera gestión de Felipe González en el poder de España y máximo representante del PSOE -en ese entonces- fue firmar acuerdos de instalar una en su país afiliándose de carambola a la OTAN, protagonista de las guerras en el medio oriente. Por otro lado, la terrible crisis que vive ese país, que mantiene en el desempleo al 26% de su población, según wikipedia son 5,149,000 de desempleado en 2015 (casi dos veces nuestra población) y de esos están seriamente afectados el 45% de los jóvenes. No por gusto el Papa Francisco declara: “El pueblo que no se preocupa por dar trabajo a sus jóvenes, es un pueblo sin futuro”.  
            
Estos dos factores nos distancia kilómetros en lo que representa el Torrijismo y su lucha, con las posturas que la Socialdemocracia Internacional está asumiendo; las que, a claras luces, son de soporte estratégico y solapado de las políticas imperiales de despojo, robo y muerte; manteniendo contenidas a grandes fuerzas políticas revolucionarias a espera del diluvio universal y así construir el país de paz y progreso que soñamos o como dicen nuestros estatutos: “Por una justa distribución de la riqueza entre todos los panameños.” Incluso hay serias denuncias de la afiliación de sus principales dirigentes a la Central de Inteligencia Norteamericana (CIA). 

No queríamos entrar en este debate por respeto a esa neutralidad; sin embargo, la Resolución 239 del 30 de septiembre del presente, emitida por el CEN de nuestro Partido Revolucionario Democrático (instigados por la Socialdemocracia Internacional y el PSOE), en la que se entrometen en los asuntos internos y soberanos de la República Bolivariana de Venezuela, nos obligan por principios a puntualizar qué esta declaración es traición a los pilares fundamentales que determinaron nuestra independencia y al Torrijismo (del cual hemos sido parte activa y militante cada día desde aquellos gloriosos años de los 70'), por lo que hemos sido invadidos, perseguidos, encarcelados, asesinados. 

Qué sencillo era mantenerse al margen de la campaña internacional de mentiras iguales a las que nos hicieron previo a la invasión; para abrir la boca y demostrar “ignorancia” extrema de los sucesos al “rechazar y deplorar la decisión tomada por el Poder Judicial Venezolano” en el  JUICIO donde es condenado a López a SOLO 13 años (muy pocos) por conspirar en el ASESINATO de 43 ciudadanos y más de 800 heridos; embarrando con esa ignorancia al Partido, al Torrijismo y al país con las falsedades orquestadas desde Washington. ¿O será que ya se nos olvidó, o estamos tratando de hacernos los locos, de cómo se mintió nacional e internacionalmente para destituir a Torrijos o evitar la firma de los Tratados Torrijos-Carter o previo a la invasión? Eso es exactamente lo que hace la Dirección del PSOE (hacerse los locos) y ya vemos cuáles han sido los resultados en su país, que son culpables del hambre y miseria de España, pareja y mancomunadamente con sus supuestos opositores el Partido Popular; traicionando a sus héroes de la República mancillada, desangrada; y que Panamá les diera cobijo a muchos de sus hijos abandonados en aquellos tristes episodios de su sangrienta Guerra Civil. 

                                                                                      Panamá 2 de octubre de 2015
Firmado por:
Moisés Pinzón Martínez, Trinidad Ayola,  Oriel Domínguez, Ernesto Fitzroy Hay...
Militantes Torrijistas de toda la vida y por toda la vida.

Reenvíelo a sus contactos si se siente verdaderamente torrijista.

P.D. Ni que decir que desde hace varios años han estado llegando Diputados y altos dirigentes del PSOE a nuestro país, dando conferencia en el PRD, tratando de demostrarnos las bondades del neoliberalismo que tienen a su país en la miseria. Curiosamente, los nuevos espejitos, creyendo que seguimos siendo ignorantes.

así fue arreglado para tuitearlo 

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lunes, 30 de noviembre de 2015

Por qué el imperio quiere que se suspendan las elecciones en Venezuela; reflexión 41


💥POR QUÉ EL IMPERIO Y SUS ALIADOS NO QUIERE QUE SE EFECTÚEN 
LAS ELECCIONES EN VENEZUELA DEL 6 DE DIC.
Reflexión No.41👻
(Dado los resultados de las elecciones en Venezuela efectuados el 6 de diciembre donde la oposición logra una clara mayoría de Diputados, indica que la solicitud de suspender las elecciones por un coro de varios países, fueron una estrategia para confundir a las fuerzas chavistas.)

Luego del asesinato de un dirigente de la oposición venezolana, que además era miembro de grupos mafiosos (demostrado), inmediatamente los lacayos de los gringos (léase Unión Europea, medios de comunicación, incluso Panamá, etc) llaman a que no se EFECTÚEN elecciones programadas para este 6 de Dic de 2015, hasta que no se garantice la paz, que según ellos no la hay.

En el 2011 fueron asesinados en Colombia 28 candidatos (El Tiempo, 16 de agosto) y nadie dijo nada. En ese mismo pacífico país, entre 1986 y 1992 fueron asesinados más de 5,000 dirigentes (SELECCIONADOS) liquidando un PARTIDO POLÍTICO (Unión Patriótica). De igual forma en ese país de Sodomas y Gomorras, (sería extremadamente largo exponer todo lo infernal que es) el 6 de noviembre de 1985 en una operación conjunta entre el narco, el ejercito y la seudoguerrilla ASESINAN A LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA -a todos-. Ojo que Méjico es una replica de este plan imperial para controlar sus intereses en esos países. 
Y NADIE,  NINGÚN  GOBIERNO, NI LA ONU, LA OEA, NI LA UNIÓN EUROPEA, NINGÚN MEDIO DE COMUNICACIÓN PRO-IMPERIAL -evidentemente el director de orquesta ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA mucho menos- han hecho campaña para impedir que una elección se realice en ese "desgraciado" país.


Ni que decir que Macri gana en Argentina por un estrecho margen del 1.5% y nadie dijo que hubo fraude, ni mucho menos se prepara un plan para destituirlo; sin embargo, Maduro ganó en Venezuela por más del 2.5% y no han dejado de gritar fraude; incluso llamaron a la insurrección donde fueron causantes de la muerte de más de 30 civiles y centenares de heridos (seguro eso mismo hubiera sucedido en Argentina si Scioli gana por esa diferencia). Ahora López, el principal promotor de esas muertes, es una santa paloma, el pobrecito es un perseguido político en Venezuela (coro internacional).


Pueblo trabajador, que somos la absoluta mayoría ... No nos dejemos manipular por los medios antidemocráticos de comunicación.... 

De salida, si el imperio abanica, grita, patalea y llora para evitar las elecciones en Venezuela, es que saben que sus agentes (la oposición) quedarán regados en niveles de muerte súbita. Y claro, seguro ya han preparado el cuento del fraude.


Cuando Chávez ganaba elecciones, la oposición nacional e internacional se desgañitaba tratando de demostrar que estaba cometiendo errores, etc; ahora los opositores dicen que era un Santo y que el que vive cometiendo errores e Maduro...jejejeje


Además de la sostenida, tesonera y militante acción revolucionaria que no ha bajado la guardia en ningún momento desde 1999, cuando Hugo Chávez gana la primera de más de 18 elecciones, hay dos hechos recientes que lo sobre-garantizan:

1.- Las 10 millones de firmas AUDITADAS que se recogieron para la campaña de desmontar la posible invasión imperial, cuando el Emperador blanco Obama declara a Venezuela una "amenaza" a la seguridad de Estados Unidos.

2.- EL CIERRE de la frontera con Colombia que deja en EVIDENCIA PÚBLICA la estrategia de la oposición-gringa de COLOMBIANIZAR o MEXICANIZAR a Venezuela sembrando sus calles de paramilitares, narcos, secuestros, muerte y terror; además del acaparamiento de las mercancías para culpar al gobierno del desabastecimiento.

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No deje de leer: QUIÉN GANÓ EN ARGENTINA

P.D. Síntomas de un agente infiltrado: nunca termina una tarea, siempre tiene una excusa, vive acusando a todos  (solo critica, no acepta auto-críticas); siempre se presenta como el súper teórico y sabiondo (metiendo camarones ideológicos).
Ojo que son tan sigilosos como las ratas; rara vez dan la cara.
No se gana nada evidenciar su existencia, te mandarán otro más astuto o que no conoces; además, siempre existe la posibilidad de estar equivocados en la apreciación. El asunto es ubicarlo y mantenerse atento en los detalles, obligando el cumplimiento de las tareas una y otra vez a partir del centralismo democrático y el estudio profundo de las teorías revolucionarias.
Solo dudar de que esto sucede diariamente es pecar de ingenuos; casi como asegurando que los 40 mil millones de dolares (vistos) de presupuesto de la CIA es para asegurar el bienestar del mundo.
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miércoles, 14 de octubre de 2015

Qué es el Torrijismo y su proyección actual


*A 50 AÑOS DEL 11 DE OCTUBRE: 
Panamá dejó de ser una caricatura de país*
*LOS RETOS Y LOS PARADIGMAS TIENEN NUEVAS VARIANTES*
SIN DEBATE:
*El Torrijismo es la avenida por donde obligadamente tiene que transitar cualquier revolución en Panamá, sin importar quienes la dirijan.*
*Omar Torrijos  junto a Belisario Porras y Justo Arosemena son los constructores de la nacionalidad panameña.  😎 Todos los demás seremos parte de otros capítulos...*

1.- *¿Qué es el Torrijismo?*
2.- *¿Qué fue lo determinante?*
3.- *Los gringos sabían muy bien lo que hacían*
4.-  *El qué hacer*
5.- *Los Liderazgos*

1.- ¿Qué es el Torrijismo?

El torrijismo es una expresión que identifica la acumulación histórica de las luchas populares de los panameños por la plena independencia, el usufructo de nuestro principal recurso económico dándole el uso más colectivo posible; y del clamor de los sectores excluidos en la solución de los problemas sociales.

El General Omar Torrijos Herrera es el resultado de la síntesis de la lucha de los diversos liderazgos que por generaciones los distintos sectores sociales estuvieron construyendo la nacionalidad panameña. Cada uno de ellos representó y lograron los más altos niveles de desarrollo intelectual y práctica revolucionaria; que consensuaron, bajo su dirección, en una sola época, logrando así que se consumara una etapa fundamental en el logro de esa meta como fue la Liberación Nacional. Quedando postergada, luego de la firma de los Tratados Torrijos-Carter y de su asesinato, la Liberación Social, tarea para la cual Omar fundó el Partido Revolucionario Democrático.

Dicho poéticamente, luego del 16 de diciembre de 1969 cuando se consolida el liderazgo de lo que sería el Torrijismo, oleajes de dirigentes de diversas épocas y estratos sociales (altamente especializados) convergieron en el istmo bañándolo con el patriotismo acumulado por décadas en la clandestinidad. Logrando la más fantástica concentración de calidad que superó cualquier expectativa imperial e incluso mundial. Hombre a hombre, mujer a mujer, fuimos los mejores dando como resultado los Tratados que eliminaron la oprobiosa perpetuidad. ¿Será que no podremos volver a ser los mejores?

2.- ¿Qué fue lo determinante?

Los diversos sectores sociales amoldaron la nacionalidad panameña construyendo fuertes y disciplinadas organizaciones políticas las que utilizaron todos los métodos desde el electoral, pasando por las guerrillas hasta la insurreccional; educando y concientizando insistentemente a la población sobre su papel histórico. Organizaciones estas, que fueron suplantadas por la estructura orgánica militar –ahora revolucionaria- y su alta eficiencia en todos los planos. Alguien dijo que las revoluciones se hacen contra el ejército o con el ejército pero jamás sin él.

Esto fue lo determinante y que no hemos podido observar o no nos da la gana de asimilar. Dado que luego de la invasión nuestra organización (PRD) tuvo un periodo de ascenso que incluso se pensaba (como analizamos en el libro El Diputado o la muerte del príncipe) sustituiría la que los gringo destruyeron en la invasión (Fuerzas de Defensas patrióticas) , que luego rápidamente se convirtió en descenso, hasta lo que hoy somos: Un cuerpo que se desmembra en caída libre (esta apreciación fue escrita en 2015, de pronto se podrían estar deteniendo dicha caída).

A lo mejor muchos no se acuerdan, o no lo observaron, pero en aquellos tiempos la movilidad de los dirigentes se hacía sin traumas porque la estructura militar NUNCA ABANDONA un cuadro, lo reubica a partir de criterios y leyes de organización que ellos conocen muy bien, por su propia naturaleza herederos de milenios de especialización.

3.- Los gringos sabían muy bien lo que hacían

A.- Cuando exigieron, para poder firmar los tratados, que se creara un nuevo orden constitucional basado en elecciones directas y la conformación del Parlamento a su imagen y semejanza, *truncando el proceso evolutivo de nuestra propia experiencia democrática*; sabían que por esa vía –a mediano plazo- podían manipular a nuestros dirigentes (y no me refiero solo a los del PRD sino de todas las organizaciones del país).

Nuestros dirigentes –de entonces-  también lo sabían; pero cuando se discutió este tema, se acordó que la prioridad eran los Tratados, *siendo este problema la dificultad a resolver mañana*; con la ventaja de que aquellos que les tocara confrontarla (nosotros hoy) no tendrían esa increíble dificultad anti histórica.

B.- Cuando asesinaron a Omar, su liderazgo era un impedimento de este objetivo expuesto en el punto A.  Ejemplo de ello es que, no se había enfriado su cuerpo aun cuando *fue  sepultada -a su lado- a la gloriosa Federación de Estudiantes (FEP)*, jamás el General lo hubiera permitido; tristemente los artífices: *El G2 y la Ministra de Hierro*.

C.- Con la invasión liquidan la dirigencia militar, no de los que estaban, sino de los que venían: formados y forjados al calor de la revolución patriótica y social, comprometidos con las necesidades del país y no del imperio. Además garantizaron dejar todas (absolutamente todas) nuestras organizaciones sociales penetradas por su inteligencia militar para evitar los consensos y el desarrollo de los liderazgos; inicialmente no les resultó por completo, pero luego de 25 años han logrado manipularnos eficientemente.

4.- El qué hacer

Leer y estudiar detenidamente nuestros escritos (disculpen la falta de humildad), los que desbrozan los eventos más importantes de estos acontecimientos, SOLO EL CONOCIMIENTO NOS HARÁ LIBRES. Seguro, no son la panacea de la verdad, pero son los únicos que presentan una estructura clara que permite el debate serio de los trascendentales problemas que nos aquejan, desde una óptica totalmente torrijista. El TORRIJISMO es la avenida por donde obligadamente tiene que transitar cualquier revolución en Panamá, sin importar quienes la dirijan.

Sin embargo, lo inmediato es poner a funcionar el Partido y darle la jerarquía institucional que se merece para que pueda suplantar la organización que determinó aquella época de gloria para nuestro pueblo, nunca antes igualada luego que desaparecieran físicamente a nuestro Líder Histórico General Omar Torrijos Herrera; y que todos nosotros somos lo que somos por su consecuencia. Por ejemplo, generar lo necesario para demandar penalmente a todo aquel que habiendo culminado su gestión dentro del partido, desaparezca archivos y expedientes, o se le demuestre malversación de fondos.

Pero como esto tomará su tiempo, es obligado comprometer a todas las diversas fuerzas torrijistas que se disputan el liderazgo (fenómeno natural) a actuar en esa dirección desde los acuerdos que  lleguen los Directores. Ya hemos escrito a profundidad que significa esto, los más importantes pueden encontrarlos en  este blog (buscar al final, artículos relacionados)

Todo aquel grupo o dirigente que no entienda esto, no solo es un traidor a la memoria de Omar, sino además, de todos nuestros héroes; y sobre todo, de sus descendientes los que sufrirán las consecuencias. Ni que decir,  habría que averiguar de dónde recibe los cheques: si de la USEID, o de MEDCON, o de COPA, o de la Cámara de Comercio, o del 99, etc.

LAS FUERZAS DEL UNIVERSO SE HAN CONCENTRADO PARA QUE  LOS SERES HUMANOS RESOLVAMOS NUESTROS PROBLEMAS EN LOS PRÓXIMOS AÑOS. HASTA LA IGLESIA CATÓLICA CLAMA POR LA RESURRECCIÓN DE LA VIDA, LA QUE SE TRADUCE INEQUÍVOCAMENTE EN REVOLUCIÓN….

GRACIAS OMAR
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El escrito siguiente es copiado del documento: El ciclo progresista apenas inicia para la Red de intelectuales al Servicio de la Humanidad.

5.- Los liderazgos

Existe una tendencia natural por el dominio de la naturaleza de nuestro entorno; esta tendencia es estimulada por procesos que se transfieren y forjados por la necesidad genética de sobrevivencia. Esta predisposición crea las condiciones que obliga la organización en los animales en diferentes niveles y grados; siendo parte de este fenómeno, la necesidad en cada uno de esos niveles de un orden jerárquico que oriente e imponga las disposiciones necesario.

Esta realidad genética, al igual que todas las demás cualidades, la heredamos los seres humanos. Nosotros como producto de la materia altamente organizada, perfeccionamos los procesos organizativos heredados y los hemos ido evolucionando en cada etapa, construyendo un cuadro cultural, social, legal e individual que ayudan a consolidar cada nivel.

Su evolución nos lleva a los puntos más altos posibles como es la búsqueda de la trascendencia; lugar donde el liderazgo permanece en el tiempo y en las sociedad en su conjunto, ya no en un grupo específico. Este nivel más alto de liderazgo se manifiesta en la base de la sociedad en el momento en que nos reproducimos, fenómeno natural en que todo ser humano logra esta tan codiciada meta.
En cada etapa socioeconómica existente a saber Sistema Esclavista, Feudal y Capitalista, las condiciones y la naturaleza funcional del liderazgo han sido distintas y progresivamente evolutivas. En cada etapa la sociedad crea las condiciones necesarias para el surgimiento de sus líderes. Cuando este demostraba o demuestra no ser apto para conducir correctamente los destinos del grupo dado, era y es suprimido a espera o suplantado por otro; que no necesariamente es el más evolucionado pero ha demostrado tener mejores cualidades globales para conducir al grupo con certeza; o parafraseando a Omar Torrijos, conducir la carreta.

Esta realidad no es distinta hoy ni lo será mañana; la sociedad, el grupo dado, forja desde sus entrañas los líderes que necesita. Solo recordar o leer las peripecias que pasó nuestro insigne Simón Bolívar, o el propio Omar Torrijos, en obtener ese gran mérito y a la vez compromiso, nos da claras luces prácticas del fenómeno; fue el resultado de la confrontación de muchos dirigentes, de distintas generaciones y muchas décadas que podría decirse tuvo sus primeros inicios en la Revolución de los Comuneros en Paraguay en 1721, donde destacaran dos criollos nacidos en Panamá llamados José de Antequera y Castro y Fernando de Mompox.  Sin embargo, ante su falencia, siempre hay un periodo de desorden, desasosiego, incoherencia, en el comportamiento de los diversos componentes del grupo dado. Uno de ellos y es nuestro tema, es la confrontación natural y feroz de todos los proponentes al puesto; que más que determinar al líder, lo está forjando.

Esta lucha por los liderazgos es un fenómeno que en nuestra sociedad altamente evolucionada se desenvuelve en todos los niveles de sus enlaces orgánicos; en el barrio, las cooperativas, asociaciones, clubes, sindicatos, etc.; y son permanentes, con la diferencia de que cuando se logra consensuar en una determina persona, esas luchas adquieren un orden determinado; la carreta empieza a andar en una ruta bien definida.

En un espacio tan pequeño como el de una secretaria se puede percibir este fenómeno en el sentido de propiedad que asume en ese entorno el o la designada. Siendo el sentido de propiedad una característica proveniente de los valores genéticos de sobrevivencia heredados.

Cuando no se han definido, escuchamos argumentos como aquellos que dicen: La gente no acepta mandos, este es un grupo abierto; de crearse una dirección lo liquidaremos. Esta muy común y falsa tesis se usa con frecuencia porque en el fondo consciente o inconscientemente todos quieren ocupar ese o esos puestos; y ninguno ha sobresalido con el conocimiento, la práctica y el carisma requerido.
Recuerdo en una ocasión cuando saltamos por las ventanas del auditorio de la Facultad de Educación en medio de una reunión de grupos políticos que terminó a golpes, un grupo de nosotros recién levantábamos la cabeza del suelo para volver al tinglado cuando vimos la imagen imponente de Luis Navas que nos señalaba en un austero silencio con el dedo que nos dirigiéramos para los locales. Nadie protesto, nos levantamos y en silencio hicimos lo indicado. Algunos compañeros junto conmigo no éramos del grupo del cual él era líder, sin embargo su liderazgo era incuestionable.
 La lucha no se puede ni se debe impedir, es ella la que determina el fortalecimiento de todas las cualidades necesarias para que afloren los mejores; pero si se puede y se debe conducir, ordenar, orientar. En el capitalismo esta lucha es sin cuartel y sin ningún parámetro de humanidad; entre las fuerzas socialistas debe y tiene que ser ordenada, organizada, orientada de tal suerte que surjan los mejores sin la liquidación de los que no alcanzaron los cargos. Logrando que aquellos que perdieron, a través de la cultura, la educación, el trato social, la comprensión y la organización superior de los componentes que nosotros representamos,  el entendimiento de su papel de retaguardia, de apoyo y de participación en el logro del objetivo común para todos. En cierta forma, las organizaciones militares saben exactamente como se hace esto.

No es nada fácil y su complejidad es el producto de que los objetivos que nos corresponden construir como es la sociedad socialista nueva, son producto de las exigencias del más alto nivel de desarrollo socioeconómico existente hasta nuestros días, requiere de miles de consensos. Lo que quiere decir que el logro de esos objetivos no será posible sin que demostremos contundentemente ser los mejores en todos los niveles del conocimiento acumulado por la sociedad hasta nuestros días y que es muy abundante.

Al desaparecer impronto un liderazgo, como ocurrió en Panamá con el asesinato del General Omar Torrijos Herrera en medio de un proceso de Liberación Nacional y luego la Invasión, han generado una situación entrópica –natural y a la vez artificial-  de lucha intestina que luego de más de 30 años, todavía no lo hemos podido resolver. Sin embargo, no es lo mismo en los  procesos de Liberación Social en marcha en los países del Sur; la base social que han permitido esos desenlaces obligadamente han logrado una maduración y un entendimiento mínimo que  históricamente les llevará a los siguientes estadios de evolución y revolución.

Ejemplo de ello son los mismos sucesos de profundización revolucionaria que están dando grandes resultados en Venezuela y Argentina, bajo el liderazgo indiscutible de Nicolás Maduro y Cristina Fernández. Al fallecimiento de sus carismáticos mentores, la vida ha seguido su curso incluso aseguramos que continua con mayor alcance. En Ecuador hubo unos meses atrás una confrontación cuya intención era generar un golpe de Estado, estando Rafael Correa en Europa y nada pudieron lograr; demostrando que el contundente liderazgo de Correa es el producto de muchos líderes de base con calidad en constante crecimiento; de no ser así lo hubieran derrocado porque luego de 9 años de gobierno la única manera de sostenerse es porque hay un proceso de desarrollo de las bases, solo posible en una revolución.  Lo mismo sucede con el indiscutible Evo Morales, Tabaré Vázquez, Daniel Ortega; siendo el caso más difícil el de Salvador Sánchez Cerén, cuya economía popular tienen una alta dependencia de las remesas enviadas desde Estados Unidos de Norteamérica.

Quisiéramos recalcar que de la misma manera en que los proceso de maduración social crearon los liderazgos que hoy existen, esas mismas fuerzas sociales en constante evolución crearán los que seguiremos necesitando; tal cual lo expresara el líder de la primera experiencia de Democracia Participativa, Salvador Allende y su Unidad Popular, que nos legaron un universo de experiencias por cuanto nos hemos alimentado todos los revolucionarios de América y del mundo. Y esto último lo escribo con acento para que todos aquellos que dirigieron, orientaron y ejecutaron el genocidio que se realizó a la Unidad Popular, los que estén vivos y puedan comprender lo que sucede, se den cuenta que han sido unos fracasados y los que ya no estén pero dejaron a sus herederos aspirantes a hienas, que sepan que es inevitable y esa inevitabilidad es la que estamos demostrando en estos precisos momentos. Ellos, los asesinos, le han dejado a sus herederos un estigma de oprobio, ignorancia y desasosiego; seguro se estarán revolcando en sus tumbas ante la fehaciente realidad de la reencarnación de Salvador Allende,  los miles de mártires y los más de dos millones de exiliados que causaron; estos fueron los que aceleraron en el mundo los procesos de concientización, la diáspora moderna (que hace dos mil años diseminara correctamente el cristianismo).

Moisés Pinzón Martínez
Panamá, 14 de octubre de 2015.
“No soy Santo, pero lucho contra mis demonios todos los días.”


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Demostremos al país que el TORRIJISMO

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miércoles, 16 de septiembre de 2015

Carta de Jamaica, Simón Bolivar



CARTA DE JAMAICA

 Kingston, 6 de septiembre de 1815

Me apresuro a contestar la carta del 29 del mes pasado que Vd. me hizo el honor de dirigirme, y que yo recibí con la mayor satisfacción.

Sensible, como debo, al interés que Vd. ha querido tomar por la suerte de mi patria, afligiéndome con ella por los tormentos que padece, desde su descubrimiento hasta estos últimos periodos por parte de sus destructores los españoles, no siento menos el comprometimiento en que me ponen las solícitas demandas que Vd. me hace sobre los objetos más importantes de la política americana. Así, me encuentro en un conflicto, entre el deseo de corresponder a la confianza con que Vd. me favorece y el impedimento de satisfacerla, tanto por la falta de documentos y libros cuanto por los limitados conocimientos que poseo de un país tan inmenso, variado y desconocido como el Nuevo Mundo.

En mi opinión es imposible responder a las preguntas con que Vd. me ha honrado. El mismo barón de Humboldt 2 , con su universalidad de conocimientos teóricos y prácticos, apenas lo haría con exactitud, porque aunque una parte de la estadística y revolución de América es conocida, me atrevo a asegurar que la mayor está cubierta de tinieblas y, por consecuencia, sólo se pueden ofrecer conjeturas más o menos aproximadas, sobre todo en lo relativo a la suerte futura y a los verdaderos proyectos de los americanos; pues cuantas combinaciones suministra la historia de las naciones, de otras tantas es susceptible la nuestra por su posición física, por las vicisitudes de la guerra y por los cálculos de la política.

Como me conceptúo obligado a prestar atención a la apreciable carta de Vd., no menos que a sus filantrópicas miras, me animo a dirigirle estas líneas, en las cuales ciertamente no hallará Vd. las ideas luminosas que desea, mas sí las ingenuas expresiones de mis pensamientos.

"Tres siglos ha —dice Vd.— que empezaron las barbaridades que los españoles cometieron en el grande hemisferio de Colón". Barbaridades que la presente edad ha rechazado como fabulosas, porque parecen superiores a la perversidad humana; y jamás serían creídas por los críticos modernos, si constantes y repetidos documentos no testificasen estas infaustas verdades. El filantrópico obispo de Chiapas, el apóstol de la América, Las Casas, ha dejado a la posteridad una breve relación de ellas, extractadas de las sumarias que siguieron en Sevilla a los conquistadores, con el testimonio de cuantas personas respetables había entonces en el Nuevo Mundo, y con los procesos mismos que los tiranos se hicieron entre sí, como consta por los más sublimes historiadores de aquel tiempo. Todos los imparciales han hecho justicia al celo, verdad y virtudes de aquel amigo de la humanidad, que con tanto fervor y firmeza denunció ante su gobierno y contemporáneos los actos más horrorosos de un frenesí sanguinario.

¡Con cuanta emoción de gratitud leo el pasaje de la carta de Vd. en que me dice que espera que “los sucesos que siguieron entonces a las armas españolas acompañen ahora a las de sus contrarios, los muy oprimidos americanos meridionales"! Yo tomo esta esperanza por una predicción, si la justicia decide las contiendas de los hombres. El suceso coronará nuestros esfuerzos porque el destino de la América se ha fijado irrevocablemente; el lazo que la unía a la España está cortado; la opinión era toda su fuerza; por ella se estrechaban mutuamente las partes de aquella inmensa monarquía; lo que antes las enlazaba, ya las divide; más grande es el odio que nos ha inspirado la Península, que el mar que nos separa de ella; menos difícil es unir los dos continentes que reconciliar los espíritus de ambos países. El hábito a la obediencia; un comercio de intereses, de luces, de religión; una reciproca benevolencia; una tierna solicitud por la cuna y la gloria de nuestros padres; en fin, todo lo que formaba nuestra esperanza nos venía de España. De aquí nacía un principio de adhesión que parecía eterno, no obstante que la conducta de nuestros dominadores relajaba esta simpatía, o, por mejor decir, este apego forzado por el imperio de la dominación. Al presente sucede lo contrario: la muerte, el deshonor, cuanto es nocivo, nos amenaza y tememos; todo lo sufrimos de esa desnaturalizada madrastra. El velo se ha rasgado, ya hemos visto la luz y se nos quiere volver a las tinieblas, se han roto las cadenas; ya hemos sido libres y nuestros enemigos pretenden de nuevo esclavizarnos. Por lo tanto, la América combate con despecho, y rara vez la desesperación no ha arrastrado tras sí la victoria.

Porque los sucesos hayan sido parciales y alternados, no debemos desconfiar de la fortuna. En unas partes triunfan los independientes mientras que los tiranos en lugares diferentes obtienen sus ventajas, y ¿cuál es el resultado final?, ¿no está el Nuevo Mundo entero, conmovido y armado para su defensa? Echemos una ojeada y observaremos una lucha simultánea en la inmensa extensión de este hemisferio.

El belicoso estado de las provincias del Río de la Plata ha purgado su territorio y conducido sus armas vencedoras al Alto Perú 3 , conmoviendo a Arequipa e inquietando a los realistas de Lima. Cerca de un millón de habitantes disfruta allí de su libertad.

El reino de Chile, poblado de 800.000 almas, está lidiando contra sus enemigos que pretenden dominarlo; pero en vano, porque los que antes pusieron un término a sus conquistas, los indómitos y libres araucanos, son sus vecinos y compatriotas; y su ejemplo sublime es suficiente para probarles que el pueblo que ama su independencia por fin la logra.

El virreinato del Perú, cuya población asciende a millón y medio de habitantes, es sin duda el más sumiso y al que más sacrificios se le han arrancado para la causa del Rey; y bien que sean vanas las relaciones concernientes a aquella porción de América, es indudable que ni está tranquila, ni es capaz de oponerse al torrente que amenaza a las más de sus provincias.

La Nueva Granada que es, por decirlo así, el corazón de la América, obedece a un gobierno general, exceptuando el reino de Quito, que con la mayor dificultad contienen sus enemigos por ser fuertemente adicto a la causa de su patria, y las provincias de Panamá y Santa Marta que sufren, no sin dolor, la tiranía de sus señores. Dos millones y medio de habitantes están esparcidos en aquel territorio, que actualmente defienden contra el ejército español bajo el general Morillo, que es verosímil sucumba delante de la inexpugnable plaza de Cartagena. Mas si la tomare será a costa de grandes pérdidas, y desde luego carecerá de fuerzas bastantes para subyugar a los morigerados y bravos moradores del interior.

En cuanto a la heroica y desdichada Venezuela, sus acontecimientos han sido tan rápidos, y sus devastaciones tales, que casi la han reducido a una absoluta indigencia y a una soledad espantosa; no obstante que era uno de los más bellos países de cuantos hacían el orgullo de la América. Sus tiranos gobiernan un desierto; y sólo oprimen a tristes restos que, escapados de la muerte, alimentan una precaria existencia; algunas mujeres, niños y ancianos son los que quedan. Los más de los hombres han perecido por no ser esclavos, y los que viven, combaten con furor en los campos y en los pueblos internos, hasta expirar o arrojar al mar a los que, insaciables de sangre y de crímenes, rivalizan con los primeros monstruos que hicieron desaparecer de la América a su raza primitiva. Cerca de un millón de habitantes se contaba en Venezuela; y, sin exageración, se puede asegurar que una cuarta parte ha sido sacrificada por la tierra 4 , la espada, el hambre, la peste, las peregrinaciones; excepto el terremoto, todo resultado de la guerra.

En Nueva España 5 había en 1808, según nos refiere el barón de Humboldt, 7.800.000 almas con inclusión de Guatemala 6 . Desde aquella época, la insurrección que ha agitado a casi todas las provincias ha hecho disminuir sensiblemente aquel cómputo, que parece exacto; pues más de un millón de hombres ha perecido, como lo podrá Vd. ver en la exposición de Mr. Walton, que describe con fidelidad los sanguinarios crímenes cometidos en aquel opulento imperio. Allí la lucha se mantiene a fuerza de sacrificios humanos y de todas especies, pues nada ahorran los españoles con tal que logren someter a los que han tenido la desgracia de nacer en este suelo, que parece destinado a empaparse con la sangre de sus hijos. A pesar de todo, los mexicanos serán libres porque han abrazado el partido de la patria, con la resolución de vengar a sus antepasados o seguirlos al sepulcro. Ya ellos dicen con Raynall: llegó el tiempo, en fin, de pagar a los españoles suplicios con suplicios y de ahogar esa raza de exterminadores en su sangre o en el mar.

Las islas de Puerto Rico y Cuba que, entre ambas, pueden formar una población de 700 a 800.000 almas, son las que más tranquilamente poseen los españoles, porque están fuera del contacto de los independientes. Mas ¿no son americanos estos insulares? ¿No son vejados? ¿No desean su bienestar?

Este cuadro representa una escala militar de 2.000 leguas de longitud y 900 de latitud en su mayor extensión, en que 16 millones de americanos defienden sus derechos o están oprimidos por la nación española, que aunque fue, en algún tiempo, el más vasto imperio del mundo, sus restos son ahora impotentes para dominar el nuevo hemisferio y hasta para mantenerse en el antiguo. ¿Y la Europa civilizada, comerciante y amante de la libertad, permite que una vieja serpiente, por sólo satisfacer su saña envenenada, devore la más bella parte de nuestro globo? ¡Qué! ¿Está la Europa sorda al clamor de su propio interés? ¿No tiene ya ojos para ver la justicia? ¿Tanto se ha endurecido, para ser de este modo insensible? Estas cuestiones, cuanto más lo medito, más me confunden; llego a pensar que se aspira a que desaparezca la América; pero es imposible, porque toda la Europa no es España. ¡Qué demencia la de nuestra enemiga, pretender reconquistar la América, sin marina, sin tesoro y casi sin soldados!, pues los que tiene, apenas son bastantes para retener a su propio pueblo en una violenta obediencia y defenderse de sus vecinos. Por otra parte, ¿podrá esta nación hacer el comercio exclusivo de la mitad del mundo, sin manufacturas, sin producciones territoriales, sin artes, sin ciencias, sin política? Lograda que fuese esta loca empresa; y suponiendo más aún, lograda la pacificación, los hijos de los actuales americanos, unidos con los de los europeos reconquistadores, ¿no volverían a formar dentro de veinte años los mismos patrióticos designios que ahora se están combatiendo?

La Europa haría un bien a la España en disuadirla de su obstinada temeridad; porque a lo menos le ahorraría los gastos que expende y la sangre que derrama; a fin de que, fijando su atención en sus propios recintos, fundase su prosperidad y poder sobre bases más sólidas que las de inciertas conquistas, un comercio precario y exacciones violentas en pueblos remotos, enemigos y poderosos. La Europa misma, por miras de sana política, debería haber preparado y ejecutado el proyecto de la independencia americana; no sólo porque el equilibrio del mundo así lo exige; sino porque éste es el medio legítimo y seguro de adquirirse establecimientos ultramarinos de comercio. La Europa que no se halla agitada por las violentas pasiones de la venganza, ambición y codicia, como la España, parece que estaba autorizada por todas las leyes de la equidad a ilustrarla sobre sus bien entendidos intereses.

Cuantos escritores han tratado la materia se acuerdan de esta parte. En consecuencia, nosotros esperábamos con razón que todas las naciones cultas se apresurarían a auxiliarnos, para que adquiriésemos un bien cuyas ventajas son reciprocas a entrambos hemisferios. Sin embargo, ¡cuán frustradas esperanzas! No sólo los europeos, pero hasta nuestros hermanos del norte se han mantenido inmóviles espectadores de esta contienda, que por su esencia es la más justa, y por sus resultados la más bella e importante de cuantas se han suscitado en los siglos antiguos y modernos, porque ¿hasta dónde se puede calcular la trascendencia de la libertad del hemisferio de Colón?

"La felonía con que Bonaparte —dice Vd. — prendió a Carlos IV y a Fernando VII, reyes de esta nación, que tres siglos ha aprisionó con traición a dos monarcas de la América meridional, es un acto muy manifiesto de la retribución divina, y al mismo tiempo una prueba de que Dios sostiene la justa causa de los americanos y les concederá su independencia."

Parece que Vd. quiere aludir al monarca de México Montezuma, preso por Cortés y muerto, según Herrera, por el mismo, aunque Solís dice que por el pueblo; y a Atahualpa, Inca del Perú, destruido por Francisco Pizarro y Diego de Almagro. Existe tal diferencia entre la suerte de los reyes españoles y de los reyes americanos, que no admite comparación; los primeros son tratados con dignidad, conservados, y al fin recobran su libertad y trono; mientras que los últimos sufren tormentos inauditos y los vilipendios más vergonzosos. Si a Guatimozín, sucesor de Montezuma, se le trata como emperador y le ponen la corona, fue por irrisión y no por respeto; para que experimentase este escarnio antes que las torturas. Iguales a la suerte de este monarca fueron las del rey de Michoacán, Catzontzín; el Zipa de Bogotá y cuantos toquis, imas, zipas, ulmenes, caciques y demás dignidades indianas sucumbieron al poder español. El suceso de Fernando VII es más semejante al que tuvo lugar en Chile en 1535, con el ulmen de Copiapó, entonces reinante en aquella comarca. El español Almagro pretextó, como Bonaparte, tomar partido por la causa del legítimo soberano y, en consecuencia, llama al usurpador, como Fernando lo era en España; aparenta restituir al legítimo a sus estados, y termina por encadenar y echar a las llamas al infeliz ulmen, sin querer ni aun oír su defensa. Este es el ejemplo de Fernando VII con su usurpador. Los reyes europeos sólo padecen destierro; el ulmén de Chile termina su vida de un modo atroz.

 “Después de algunos meses —añade Vd.— he hecho muchas reflexiones sobre la situación de los americanos y sus esperanzas futuras; tomo grande interés en sus sucesos, pero me faltan muchos informes relativos a su estado actual y a lo que ellos aspiran; deseo infinitamente saber la política de cada provincia, como también su población, si desean repúblicas o monarquías, si formarán una gran república o una gran monarquía. Toda noticia de esta especie que Vd. pueda darme, o indicarme las fuentes a que debo ocurrir, la estimaré como un favor muy particular.”

Siempre las almas generosas se interesan en la suerte de un pueblo que se esmera por recobrar los derechos con que el Creador y la naturaleza lo han dotado; y es necesario estar bien fascinado por el error o por las pasiones para no abrigar esta noble sensación: Vd. ha pensado en mi país y se interesa por él; este acto de benevolencia me inspira el más vivo reconocimiento.
He dicho la población que se calcula por datos más o menos exactos, que mil circunstancias hacen fallidos sin que sea fácil remediar esta inexactitud, porque los más de los moradores tienen habitaciones campestres, y muchas veces errantes, siendo labradores, pastores, nómadas, perdidos en medio de los espesos e inmensos bosques, llanuras solitarias y aisladas entre lagos y ríos caudalosos. ¿Quién será capaz de formar una estadística completa de semejantes monarcas? Además los tributos que pagan los indígenas; las penalidades de los esclavos; las primicias, diezmos y derechos que pesan sobre los labradores y otros accidentes alejan de sus hogares a los pobres americanos. Esto es sin hacer mención de la guerra de exterminio que ya ha segado cerca de un octavo de la población y ha ahuyentado una gran parte; pues entonces las dificultades son insuperables y el empadronamiento vendrá a reducirse a la mitad del verdadero censo.

Todavía es más difícil presentir la suerte futura del Nuevo Mundo, establecer principios sobre su política y casi profetizar la naturaleza del gobierno que llegará a adoptar. Toda idea relativa al porvenir de este país me parece aventurada. ¿Se pudo prever cuando el género humano se hallaba en su infancia, rodeado de tanta incertidumbre, ignorancia y error, cuál sería el régimen que abrazaría para su conservación? ¿Quién se habría atrevido a decir: tal nación será república o monarquía, ésta será pequeña, aquélla grande? En mi concepto, ésta es la imagen de nuestra situación. Nosotros somos un pequeño género humano; poseemos un mundo aparte, cercado por dilatados mares, nuevo en casi todas las artes y ciencias, aunque en cierto modo viejo en los usos de la sociedad civil. Yo considero el estado actual de la América, como cuando desplomado el Imperio Romano cada desmembración formó un sistema político, conforme a sus intereses y situación o siguiendo la ambición particular de algunos jefes, familias o corporaciones; con esta notable diferencia, que aquellos miembros dispersos volvían a restablecer sus antiguas naciones con las alteraciones que exigían las cosas o los sucesos; mas nosotros, que apenas conservamos vestigios de lo que en otro tiempo fue, y que por otra parte no somos indios ni europeos, sino una especie media entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores españoles: en suma, siendo nosotros americanos por nacimiento y nuestros derechos los de Europa, tenemos que disputar éstos a los del país y que mantenernos en él contra la invasión de los invasores; así nos hallamos en el caso más extraordinario y complicado; no obstante que es una especie de adivinación indicar cuál será el resultado de la línea de política que la América siga, me atrevo a aventurar algunas conjeturas, que, desde luego, caracterizo de arbitrarias, dictadas por un deseo racional y no por un raciocinio probable.

La posición de los moradores del hemisferio americano ha sido, por siglos, puramente pasiva: su existencia política era nula. Nosotros estábamos en un grado todavía más bajo de la servidumbre, y por lo mismo con más dificultad para elevarnos al goce de la libertad. Permítame Vd. estas consideraciones para establecer la cuestión. Los estados son esclavos por la naturaleza de su constitución o por el abuso de ella. Luego un pueblo es esclavo cuando el gobierno, por su esencia o por sus vicios, huella y usurpa los derechos del ciudadano o súbdito. Aplicando estos principios, hallaremos que la América no sólo estaba privada de sus libertad, sino también de la tiranía activa y dominante. Me explicaré. En las administraciones absolutas no se reconocen límites en el ejercicio de las facultades gubernativas: la voluntad del gran sultán, kan, rey y demás soberanos despóticos es la ley suprema y ésta es casi arbitrariamente ejecutada por los bajaes, kanes y sátrapas subalternos de la Turquía y Persia, que tienen organizada una opresión de que participan los súbditos en razón de la autoridad que se les confía. A ellos está encargada la administración civil, militar y política, de rentas y la religión. Pero al fin son persas los jefes de Ispahan, son turcos los visires del Gran Señor, son tártaros los sultanes de la Tartaria. La China no envía a buscar mandatarios militares y letrados al país de Gengis Kan, que la conquistó, a pesar de que los actuales chinos son descendientes directos de los subyugados por los ascendientes de los presentes tártaros.

¡Cuán diferente era entre nosotros! Se nos vejaba con una conducta que además de privarnos de los derechos que nos correspondían, nos dejaba en una especie de infancia permanente con respecto a las transacciones públicas. Si hubiésemos siquiera manejado nuestros asuntos domésticos en nuestra administración interior, conoceríamos el curso de los negocios públicos y su mecanismo, y gozaríamos también de la consideración personal que impone a los ojos del pueblo cierto respeto maquinal que es tan necesario conservar en las revoluciones. He aquí por qué he dicho que estábamos privados hasta de la tiranía activa, pues que no nos era permitido ejercer sus funciones.

Los americanos, en el sistema español que está en vigor, y quizá con mayor fuerza que nunca, no ocupan otro lugar en la sociedad que el de siervos propios para el trabajo, y cuando más el de simples consumidores; y aún esta parte coartada con restricciones chocantes: tales son las prohibiciones del cultivo de frutos de Europa, el estanco de las producciones que el Rey monopoliza, el impedimento de las fábricas que la misma Península no posee, los privilegios exclusivos del comercio hasta de los objetos de primera necesidad, las trabas entre provincias y provincias americanas, para que no se traten, entiendan, ni negocien; en fin, ¿quiere Vd. saber cuál es nuestro destino?, los campos para cultivar el añil, la grana, el café, la caña, el cacao y el algodón, las llanuras solitarias para criar ganados, los desiertos para cazar las bestias feroces, las entrañas de la tierra para excavar el oro que no puede saciar a esa nación avarienta.

Tan negativo era nuestro estado que no encuentro semejante en ninguna otra asociación civilizada, por más que recorro la serie de edades y la política de todas las naciones. Pretender que un país tan felizmente constituido, extenso, rico y populoso, sea meramente pasivo, ¿no es un ultraje y una violación de los derechos de la humanidad?

Estábamos, como acabo de exponer, abstraídos y, digámoslo así, ausentes del universo en cuanto es relativo a la ciencia del gobierno y administración del estado. Jamás éramos virreyes ni gobernadores, sino por causas muy extraordinarias; arzobispos y obispos pocas veces; diplomáticos nunca; militares, sólo en calidad de subalternos; nobles, sin privilegios reales; no éramos, en fin, ni magistrados, ni financistas y casi ni aun comerciantes; todo es contravención directa de nuestras instituciones.

El emperador Carlos V  formó un pacto con los descubridores, conquistadores y pobladores de América, que como dice Guerra, es nuestro contrato social. Los reyes de España convinieron solemnemente con ellos que lo ejecutasen por su cuenta y riesgo, prohibiéndoseles hacerlo a costa de la real hacienda, y por esta razón se les concedía que fuesen señores de la tierra, que organizasen la administración y ejerciesen la judicatura en apelación, con otras muchas exenciones y privilegios que sería prolijo detallar. El Rey se comprometió a no enajenar jamás las provincias americanas, como que a él no tocaba otra jurisdicción que la del alto dominio, siendo una especie de propiedad feudal la que allí tenían los conquistadores para sí y sus descendientes. Al mismo tiempo existen leyes expresas que favorecen casi exclusivamente a los naturales del país originarios de España en cuanto a los empleos civiles, eclesiásticos y de rentas. Por manera que, con una violación manifiesta de las leyes y de los pactos subsistentes, se han visto despojar aquellos naturales de la autoridad constitucional que les daba su código.

De cuanto he referido será fácil colegir que la América no estaba preparada para desprenderse de la metrópoli, como súbitamente sucedió, por el efecto de las ilegítimas cesiones de Bayona y por la inicua guerra que la Regencia nos declaró, sin derecho alguno para ello, no sólo por la falta de justicia, sino también de legitimidad. Sobre la naturaleza de los gobiernos españoles, sus decretos conminatorios y hostiles, y el curso entero de su desesperada conducta hay escritos, del mayor mérito, en el periódico "El Español" cuyo autor es el señor Blanco; y estando allí esta parte de nuestra historia muy bien tratada, me limito a indicarlo.

Los americanos han subido de repente y sin los conocimientos previos, y, lo que es más sensible, sin la práctica de los negocios públicos, a representar en la escena del mundo las eminentes dignidades de legisladores, magistrados, administradores del erario, diplomáticos, generales y cuantas autoridades supremas y subalternas forman la jerarquía de un estado organizado con regularidad.

Cuando las águilas francesas sólo respetaron los muros de la ciudad de Cádiz, y con su vuelo arrollaron los frágiles gobiernos de la Península, entonces quedamos en la orfandad. Ya antes habíamos sido entregados a la merced de un usurpador extranjero; después, lisonjeados con la justicia que se nos debía y con esperanzas halagüeñas siempre burladas; por último, inciertos sobre nuestro destino futuro, y amenazados por la anarquía, a causa de la falta de un gobierno legítimo, justo y liberal, nos precipitamos en el caos de la revolución. En el primer momento sólo se cuidó de proveer a la seguridad interior, contra los enemigos que encerraba nuestro seno. Luego se extendió a la seguridad exterior; se establecieron autoridades que sustituimos a las que acabábamos de deponer, encargadas de dirigir el curso de nuestra revolución y de aprovechar la coyuntura feliz en que nos fuese posible fundar un gobierno constitucional, digno del presente siglo y adecuado a nuestra situación.

Todos los nuevos gobiernos marcaron sus primeros pasos con el establecimiento de juntas populares. Estas formaron en seguida reglamentos para la convocación de congresos que produjeron alteraciones importantes. Venezuela erigió un gobierno democrático y federal, declarando previamente los derechos del hombre, manteniendo el equilibrio de los poderes y estatuyendo leyes generales en favor de la libertad civil, de imprenta y otras; finalmente se constituyó un gobierno independiente. La Nueva Granada siguió con uniformidad los establecimientos políticos y cuantas reformas hizo Venezuela, poniendo por base fundamental de su constitución el sistema federal más exagerado que jamás existió; recientemente se ha mejorado con respecto al poder ejecutivo general, que ha obtenido cuantas atribuciones le corresponden. Según entiendo, Buenos Aires y Chile han seguido esta misma línea de operaciones; pero como nos hallamos a tanta distancia, los documentos son tan raros y las noticias tan inexactas, no me animaré ni aun a bosquejar el cuadro de sus transacciones.

Los sucesos de México han sido demasiado varios, complicados, rápidos y desgraciados para que se puedan seguir en el curso de su revolución. Carecemos, además, de documentos bastante instructivos, que nos hagan capaces de juzgarlos. Los independientes de México, por lo que sabemos, dieron principio a su insurrección en septiembre de 1810, y un año después ya tenían centralizado su gobierno en Zitácuaro e instalada allí una junta nacional, bajo los auspicios de Fernando VII, en cuyo nombre se ejercían las funciones gubernativas. Por los acontecimientos de la guerra, esta junta se trasladó a diferentes lugares, y es verosímil que se haya conservado hasta estos últimos momentos, con las modificaciones que los sucesos hayan exigido. Se dice que ha creado un generalísimo o dictador, que lo es el ilustre general Morelos; otros hablan del célebre general Rayón; lo cierto es que uno de estos grandes hombres, o ambos separadamente, ejercen la autoridad suprema en aquel país; y recientemente ha aparecido una constitución para el régimen del estado. En marzo de 1812 el gobierno, residente en Zultepec, presentó un plan de paz y guerra al virrey de México, concebido con la más profunda sabiduría. En él se reclamó el derecho de gentes, estableciendo principios de una exactitud incontestable. Propuso la junta que la guerra se hiciese como entre hermanos y conciudadanos, pues que no debía ser más cruel que entre naciones extranjeras; que los derechos de gentes y de guerra, inviolables para los mismos infieles y bárbaros, debían serlo más para cristianos, sujetos a un soberano y a unas mismas leyes; que los prisioneros no fuesen tratados como reos de lesa majestad ni se degollasen los que rendían las armas, sino que se mantuviesen en rehenes para canjearlos; que no se entrase a sangre y fuego en las poblaciones pacíficas, no las diezmasen ni quintasen para sacrificarlas; y concluye que, en caso de no admitirse este plan, se observarían rigurosamente las represalias. Esta negociación se trató con el más alto desprecio; no se dio respuesta a la junta nacional; las comunicaciones originales se quemaron públicamente en la plaza de México, por mano del verdugo, y la guerra de exterminio continuó por parte de los españoles con su furor acostumbrado, mientras que los mexicanos y las otras naciones americanas no la hacían ni aun a muerte con los prisioneros de guerra que fuesen españoles. Aquí se observa que por causas de conveniencia, se conservó la apariencia de sumisión al rey y aun a la constitución de la monarquía. Parece que la junta nacional es absoluta en el ejercicio de las funciones legislativas, ejecutivas y judiciales, y el número de sus miembros muy limitado.

Los acontecimientos de la Tierra Firme nos han probado que las instituciones perfectamente representativas no son adecuadas a nuestro carácter, costumbres y luces actuales. En Caracas el espíritu del partido tomó su origen en las sociedades, asambleas y elecciones populares; y estos partidos nos tornaron a la esclavitud. Y así como Venezuela ha sido la república americana que más se ha adelantado en sus instituciones políticas, también ha sido el más claro ejemplo de la ineficacia de la forma democrática y federal para nuestros nacientes estados. En Nueva Granada las excesivas facultades de los gobiernos provinciales y la falta de centralización en el general, han conducido aquel precioso país al estado a que se ve reducido en el día. Por esta razón, sus débiles enemigos se han conservado contra todas las probabilidades. En tanto que nuestros compatriotas no adquieran los talentos y virtudes políticas que distinguen a nuestros hermanos del Norte, los sistemas enteramente populares, lejos de sernos favorables, temo mucho que vengan a ser nuestra ruina. Desgraciadamente estas cualidades parecen estar muy distantes de nosotros en el grado que se requiere; y por el contrario, estamos dominados de los vicios que se contraen bajo la dirección de una nación como la española, que sólo ha sobresalido en fiereza, ambición, venganza y codicia.

"Es más difícil —dice Montesquieu— sacar un pueblo de la servidumbre, que subyugar uno libre." Esta verdad está comprobada por los anales de todos los tiempos, que nos muestran las más de las naciones libres sometidas al yugo y muy pocas de las esclavas recobrar su libertad. A pesar de este convencimiento, los meridionales de este continente han manifestado el conato de conseguir instituciones liberales y aun perfectas, sin duda, por efecto del instinto que tienen todos los hombres de aspirar a su mejor felicidad posible; la que se alcanza, infaliblemente, en las sociedades civiles, cuando ellas están fundadas sobre las bases de la justicia, de la libertad y de la igualdad. Pero, ¿seremos nosotros capaces de mantener en su verdadero equilibrio la difícil carga de una república? ¿Se puede concebir que un pueblo recientemente desencadenado se lance a la esfera de la libertad sin que, como a Ícaro, se le deshagan las alas y recaiga en el abismo? Tal prodigio es inconcebible, nunca visto. Por consiguiente no hay un raciocinio verosímil que nos halague con esta esperanza.

Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria. Aunque aspiro a la perfección del gobierno de mi patria, no puedo persuadirme que el Nuevo Mundo sea por el momento regido por una gran república; como es imposible, no me atrevo a desearlo, y menos deseo una monarquía universal en América, porque este proyecto, sin ser útil, es también imposible. Los abusos que actualmente existen no se reformarían y nuestra regeneración sería infructuosa. Los estados americanos han menester de los cuidados de gobiernos paternales que curen las llagas y las heridas del despotismo y la guerra. La metrópoli, por ejemplo, sería México, que es la única que puede serlo por su poder intrínseco, sin el cual no hay metrópoli. Supongamos que fuese el istmo de Panamá, punto céntrico para todos los extremos de este vasto continente, ¿no continuarían éstos en la languidez y aun en el desorden actual? Para que un solo gobierno dé vida, anime, ponga en acción todos los resortes de la prosperidad pública, corrija, ilustre y perfeccione al Nuevo Mundo, sería necesario que tuviese las facultades de un Dios, y cuando menos las luces y virtudes de todos los hombres.

El espíritu de partido que, al presente, agita a nuestros estados se encendería entonces con mayor encono, hallándose ausente la fuente del poder, que únicamente puede reprimirlo. Además los magnates de las capitales no sufrirían la preponderancia de los metropolitanos, a quienes considerarían como a otros tantos tiranos: sus celos llegarían hasta el punto de comparar a éstos con los odiosos españoles. En fin, una monarquía semejante sería un coloso disforme, que su propio peso desplomaría a la menor convulsión.

M. de Pradt ha dividido sabiamente a la América en quince a diecisiete estados independientes entre sí, gobernados por otros tantos monarcas. Estoy de acuerdo en cuanto a lo primero, pues la América comporta la creación de diecisiete naciones; en cuanto a lo segundo, aunque es más fácil conseguirlo, es menos útil, y así no soy de la opinión de las monarquías americanas. He aquí mis razones: el interés bien entendido de una república se circunscribe en la esfera de su conservación, prosperidad y gloria. No ejerciendo la libertad imperio, porque es precisamente su opuesto, ningún estimulo excita a los republicanos a extender los términos de su nación, en detrimento de sus propios medios, con el único objeto de hacer participar a sus vecinos de una constitución liberal. Ningún derecho adquieren, ninguna ventaja sacan venciéndolos; a menos que los reduzcan a colonias, conquistas o aliados, siguiendo el ejemplo de Roma. Máximas y ejemplos tales, están en oposición directa con los principios de justicia de los sistemas republicanos; y aun diré más, en oposición manifiesta con los intereses de sus ciudadanos: porque un estado demasiado extenso en sí mismo o por sus dependencias, al cabo viene en decadencia y convierte su forma libre en otra tiránica; relaja los principios que deben conservarla y ocurre, por último, al despotismo. El distintivo de las pequeñas repúblicas es la permanencia, el de las grandes es vario; pero siempre se inclina al imperio. Casi todas las primeras han tenido una larga duración; de las segundas sólo Roma se mantuvo algunos siglos, pero fue porque era república la capital y no lo era el resto de sus dominios, que se gobernaban por leyes e instituciones diferentes.

Muy contraria es la política de un rey cuya inclinación constante se dirige al aumento de sus posesiones, riquezas y facultades: con razón, porque su autoridad crece con estas adquisiciones, tanto con respecto a sus vecinos como a sus propios vasallos, que temen en él un poder tan formidable cuanto es su imperio, que se conserva por medio de la guerra y de las conquistas. Por estas razones pienso que los americanos ansiosos de paz, ciencias, artes, comercio y agricultura, preferirían las repúblicas a los reinos, y me parece que estos deseos se conforman con las miras de la Europa.

No convengo en el sistema federal entre los populares y representativos, por ser demasiado perfecto y exigir virtudes y talentos políticos muy superiores a los nuestros; por igual razón rehusó la monarquía mixta de aristocracia y democracia, que tanta fortuna y esplendor ha procurado a la Inglaterra. No siéndonos posible lograr entre las repúblicas y monarquías lo más perfecto y acabado, evitemos caer en anarquías demagógicas, o en tiranías monócratas. Busquemos un medio entre extremos opuestos, que nos conducirían a los mismos escollos, a la infelicidad y al deshonor. Voy a arriesgar el resultado de mis cavilaciones sobre la suerte futura de la América: no la mejor sino la que sea más asequible.

Por la naturaleza de las localidades, riquezas, poblaciones y carácter de los mexicanos, imagino que intentarán al principio establecer una república representativa, en la cual tenga grandes atribuciones el poder ejecutivo, concentrándolo en un individuo que si desempeña sus funciones con acierto y justicia, casi naturalmente vendrá a conservar su autoridad vitalicia. Si su incapacidad o violenta administración excita una conmoción popular que triunfe, este mismo poder ejecutivo quizás se difundirá en una asamblea. Si el partido preponderante es militar o aristocrático, exigirá probablemente una monarquía que al principio será limitada y constitucional, y después inevitablemente declinará en absoluta; pues debemos convenir en que nada hay más difícil en el orden político que la conservación de una monarquía mixta; y también es preciso convenir en que sólo un pueblo tan patriota como el inglés es capaz de contener la autoridad de un rey, y de sostener el espíritu de libertad bajo un cetro y una corona.

Los estados del istmo de Panamá hasta Guatemala formarán quizá una asociación. Esta magnifica posición entre los dos grandes mares podrá ser con el tiempo el emporio del universo; sus canales acortarán las distancias del mundo; estrecharán los lazos comerciales de Europa, América y Asia; traerán a tan feliz región los tributos de las cuatro partes del globo. ¡Acaso sólo allí podrá fijarse algún día la capital de la tierra como pretendió Constantino que fuese Bizancio la del antiguo hemisferio!

La Nueva Granada se unirá con Venezuela, si llegan a convenirse en formar una república central, cuya capital sea Maracaibo, o una nueva ciudad que, con el nombre de Las Casas, en honor de este héroe de la filantropía, se funde entre los confines de ambos países, en el soberbio puerto de Bahía-honda. Esta posición, aunque desconocida, es más ventajosa por todos respectos. Su acceso es fácil y su situación tan fuerte que puede hacerse inexpugnable. Posee un clima puro y saludable, un territorio tan propio para la agricultura como para la cría de ganado, y una grande abundancia de maderas de construcción. Los salvajes que la habitan serian civilizados y nuestras posesiones se aumentarían con la adquisición de la Goagira. Esta nación se llamaría Colombia, como un tributo de justicia y gratitud al creador de nuestro hemisferio. Su gobierno podrá imitar al inglés; con la diferencia de que en lugar de un rey, habrá un poder ejecutivo electivo, cuando más vitalicio, y jamás hereditario, si se quiere república; una cámara o senado legislativo hereditario, que en las tempestades políticas se interponga entre las olas populares y los rayos del gobierno, y un cuerpo legislativo, de libre elección, sin otras restricciones que las de la cámara baja de Inglaterra. Esta constitución participaría de todas las formas, y yo deseo que no participe de todos los vicios. Como ésta es mi patria tengo un derecho incontestable para desearle lo que en mi opinión es mejor. Es muy posible que la Nueva Granada no convenga en el reconocimiento de un gobierno central, porque es en extremo adicta a la federación; y entonces formará, por sí sola, un estado que, si subsiste, podrá ser muy dichoso por sus grandes recursos de todo género.

Poco sabemos de las opiniones que prevalecen en Buenos Aires, Chile y el Perú; juzgando por lo que se transluce y por las apariencias, en Buenos Aires habrá un gobierno central, en que los militares se lleven la primacía por consecuencia de sus divisiones internas y guerras externas. Esta constitución degenerará necesariamente en una oligarquía, o una monocracia con más o menos restricciones, y cuya denominación nadie puede adivinar. Sería doloroso que tal cosa sucediese, porque aquellos habitantes son acreedores a la más espléndida gloria.

El reino de Chile está llamado por la naturaleza de su situación, por las costumbres inocentes y virtuosas de sus moradores, por el ejemplo de sus vecinos, los fieros republicanos del Arauco, a gozar de las bendiciones que derraman las justas y dulces leyes de una república. Si alguna permanece largo tiempo en América, me inclino a pensar que será la chilena. Jamás se ha extinguido allí el espíritu de libertad; los vicios de la Europa y del Asia llegarán tarde o nunca a corromper las costumbres de aquel extremo del universo. Su territorio es limitado; estará siempre fuera del contacto inficionado del resto de los hombres; no alterará sus leyes, usos y prácticas; preservará su uniformidad en opiniones políticas y religiosas; en una palabra, Chile puede ser libre.

El Perú, por el contrario, encierra dos elementos enemigos de todo régimen justo y liberal: oro y esclavos. El primero lo corrompe todo; el segundo está corrompido por sí mismo. El alma de un siervo rara vez alcanza a apreciar la sana libertad: se enfurece en los tumultos o se humilla en las cadenas.

Aunque estas reglas serían aplicables a toda la América, creo que con más justicia las merece Lima, por los conceptos que he expuesto y por la cooperación que ha prestado a sus señores contra sus propios hermanos, los ilustres hijos de Quito, Chile y Buenos Aires. Es constante que el que aspira a obtener la libertad a lo menos lo intenta. Supongo que en Lima no tolerarán los ricos la democracia; ni los esclavos y pardos libertos la aristocracia: los primeros preferirán la tiranía de uno solo, por no padecer las persecuciones tumultuarias y por establecer un orden siquiera pacífico. Mucho hará si consigue recobrar su independencia.

De todo lo expuesto podemos deducir estas consecuencias: las provincias americanas se hallan lidiando por emanciparse; al fin obtendrán el suceso; algunas se constituirán de un modo regular en repúblicas federales y centrales; se fundarán monarquías casi inevitablemente en las grandes secciones, y algunas serán tan infelices que devorarán sus elementos ya en la actual ya en las futuras revoluciones, que una gran monarquía no será fácil consolidar, una gran república, imposible.

Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes estados que hayan de formarse; mas no es posible, porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes, dividen a la América. ¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá que algún ida tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras partes del mundo. Esta especie de corporación podrá tener lugar en alguna época dichosa de nuestra regeneración; otra esperanza es infundada, semejante a la del abate St. Pierre, que concibió el laudable delirio de reunir un congreso europeo para decidir de la suerte y de los intereses de aquellas naciones.

"Mutaciones importantes y felices —continúa Vd.— pueden ser frecuentemente producidas por efectos individuales." Los americanos meridionales tienen una tradición que dice que cuando Quetzalcóatl, el Hermes o Buda de la América del Sur, resignó su administración y los abandonó, les prometió que volvería después que los siglos desiguales hubiesen pasado, y que él restablecería su gobierno y renovaría su felicidad. ¿Esta tradición no opera y excita una convicción de que muy pronto debe volver? ¿Concibe Vd. cuál será el efecto que producirá si un individuo, apareciendo entre ellos, demostrase los caracteres de Quetzalcóatl, el Buda del bosque, o Mercurio, del cual han hablado tanto las otras naciones? ¿No es la unión todo lo que se necesita para ponerlos en estado de expulsar a los españoles, sus tropas y los partidarios de la corrompida España para hacerlos capaces de establecer un imperio poderoso, con un gobierno libre y leyes benévolas?

Pienso como Vd. que causas individuales pueden producir resultados generales; sobre todo en las revoluciones. Pero no es el héroe, gran profeta, o Dios del Anahuac, Quetzalcóatl el que es capaz de operar los prodigiosos beneficios que Vd. propone. Este personaje es apenas conocido del pueblo mexicano, y no ventajosamente, porque tal es la suerte de los vencidos aunque sean dioses. Sólo los historiadores y literatos se han ocupado cuidadosamente en investigar su origen, verdadera o falsa misión, sus profecías y el término de su carrera. Se disputa si fue un apóstol de Cristo o bien pagano. Unos suponen que su nombre quiere decir Santo Tomás; otros que Culebra Emplumajada; y otros dicen que es el famoso profeta de Yucatán, Chilam-Balam. En una palabra, los más de los autores mexicanos, polémicos e historiadores profanos, han tratado, con más o menos extensión, la cuestión sobre el verdadero carácter de Quetzalcóatl. El hecho es, según dice Acosta, que él estableció una religión cuyos ritos, dogmas y misterios tenían una admirable afinidad con la de Jesús, y que quizás es la más semejante a ella. No obstante esto, muchos escritores católicos han procurado alejar la idea de que este profeta fuese verdadero, sin querer reconocer en él a un Santo Tomás, como lo afirman otros célebres autores. La opinión general es que Quetzalcóatl es un legislador divino entre los pueblos paganos del Anahuac, del cual era lugarteniente el gran Montezuma, derivando de él su autoridad. De aquí se infiere que nuestros mexicanos no seguirían al gentil Quetzalcóatl, aunque apareciese bajo las formas más idénticas y favorables, pues que profesan una religión la más intolerante y exclusiva de las otras.

Felizmente los directores de la independencia de México se han aprovechado del fanatismo con el mejor acierto, proclamando la famosa virgen de Guadalupe por reina de los patriotas, invocándola en todos los casos arduos y llevándola en sus banderas. Con esto el entusiasmo político ha formado una mezcla con la religión, que ha producido un fervor vehemente por la sagrada causa de la libertad. La veneración de esta imagen en México es superior a la más exaltada que pudiera inspirar el más diestro profeta.

Seguramente la unión es la que nos falta para completar la obra de nuestra regeneración. Sin embargo, nuestra división no es extraña, porque tal es el distintivo de las guerras civiles formadas generalmente entre dos partidos: conservadores y reformadores. Los primeros son, por lo común, más numerosos, porque el imperio de la costumbre produce el efecto de la obediencia a las potestades establecidas; los últimos son siempre menos numerosos, aunque más vehementes e ilustrados. De este modo la masa física se equilibra con la fuerza moral, y la contienda se prolonga siendo sus resultados muy inciertos. Por fortuna, entre nosotros, la masa ha seguido a la inteligencia.

Yo diré a Vd. lo que puede ponernos en actitud de expulsar a los españoles y de fundar un gobierno libre: es la unión, ciertamente; mas esta unión no nos vendrá por prodigios divinos, sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos. La América está encontrada entre sí, porque se halla abandonada de todas las naciones; aislada en medio del universo, sin relaciones diplomáticas ni auxilios militares, y combatida por la España, que posee más elementos para la guerra que cuantos nosotros furtivamente podemos adquirir.

Cuando los sucesos no están asegurados, cuando el estado es débil y cuando las empresas son remotas, todos los hombres vacilan, las opiniones se dividen, las pasiones las agitan y los enemigos las animan para triunfar por este fácil medio. Luego que seamos fuertes, bajo los auspicios de una nación liberal que nos preste su protección, se nos verá de acuerdo cultivar las virtudes y los talentos que conducen a la gloria; entonces seguiremos la marcha majestuosa hacia las grandes prosperidades a que está destinada la América meridional; entonces las ciencias y las artes que nacieron en el Oriente y han ilustrado la Europa, volarán a Colombia libre, que las convidará con un asilo.

Tales son, señor, las observaciones y pensamientos que tengo el honor de someter a Vd. para que los rectifique o deseche, según su mérito, suplicándole se persuada que me he atrevido a exponerlos, más por no ser descortés, que porque me crea capaz de ilustrar a Vd. en la materia.

Soy de Vd. etc., etc., etc.

Simón Bolívar


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