Qué nos dejó el Papa Francisco y el Festival JMJ
El Papa Francisco y la JMJ han dejado un rastro de amor,
felicidad, alegría por la vida y por el futuro, que es necesario que las
experiencias de conservación de la naturaleza, de convivencia, de entendimiento
en medio de la diversidad de religión, credo, ideología, tengan como norte el
desarrollo positivo y el bienestar de todos los asociados de la República de
Panamá. Ese es el legado que nos dejara tan fenomenal evento mundial, eso es lo
que nos enseñara el Papa Francisco, no dejemos que sean sepultados tan
maravillosa experiencia de entendimiento y fe en el futuro.
La juventud y sus eventos son fiel reflejo de esa visión de
la Iglesia que proyectaron en cada acto, y que es necesario darle continuidad a
esas experiencias. El ejemplo más publicitado fue el de la limpieza de las
playas; sin embargo, lo que es necesario que las distintas iglesias imiten es
la filosofía de compartir, de entenderse, de comunicarse; tan necesaria para
que podamos rescatar a la humanidad de la desesperanza, de la violencia, de la
corrupción, de la inseguridad que es el pan de cada día de los panameños.
Felicitamos a Monseñor Ulloa y a todos los que participaron
en la organización de estos eventos tan trascendentales; y a la población
panameña porque hemos logrado una vez más demostrarle al mundo como dijo el Papa, que *“Panamá es una nación
noble… Cuál es el orgullo de los panameños: alzar a los hijos y dicen esta es
mi victoria, mi futuro, mi orgullo.”* Nuestra organización la UGT lo celebra y
lo felicita; la estadía del Papa Francisco por 4 días completos en este pequeño
país nos ha dejado mucho por que reflexionar y entendernos correctamente.
Ese llamado del Papa Francisco *por construir puentes y no
muros*, por aprender a trabajar juntos nos lleva a pedirle al candidato que
llegará próximamente a la Presidencia de este país, que debe entenderse con las
organizaciones sindicales ya que representamos correctamente a todas los
trabajadores del país, incluyendo a los no afiliados. Nosotros somos los más
importantes representantes de la sociedad civil. Es nuestro deber, y para eso
nos escogen, dirigir las luchas de nuestros agremiados por la justa reivindicaciones
laborales; esto indica que es el esfuerzo en esa dirección de donde surgen los
liderazgos; es decir, nuestros dirigentes
no son inventados, no surgen de la casualidad, no son improvisados ni mucho
menos son el producto de los medios de comunicación. Por estas razones
ineludibles e incuestionables es por lo que los gobernantes deben (cosa que
rara vez ocurre) políticamente consultarnos sobre el que hacer popular de su
gestión. Independientemente que podamos tener posiciones política determinadas,
hemos aprendido a no vincular una cosa con la otra; hemos aprendido a juntarlas todas en la lucha por el
bienestar de todos los trabajadores que son la absoluta mayoría de la
población.
El gran problema que tienen los gobernantes es que en su intención de querer hacer las
cosas bien terminan en el fraude porque dada su procedencia sin ningún tipo de
problema, en medio de todas las comodidades, no conoce, no entiende, no le es
posible comprender cuales son nuestras necesidades ya que se imponen sus
intereses de clase, como igualmente se rodean naturalmente de sus relaciones
vinculadas a esta errática visión. Al respecto nuevamente nos dice el Papa
Francisco: “Así desafiarán las
miopes miradas cortoplacistas que, seducidas por la resignación, por la avidez,
o presas del paradigma tecnocrático, creen que el único camino posible se
transita en el juego de la competitividad, [de la especulación] y de la ley del
más fuerte donde el poderoso se come al más débil”
*Podemos asegurar* que al gobierno del partido que sea que
gane las elecciones, nosotros le brindaremos una orientación honesta y sin
ningún tipo de suspicacia.
Terminamos este sucinto balance con la exhortación del Papa
Francisco sobre este tema: *“Es una invitación a vivir con
austeridad y transparencia, en la responsabilidad concreta por los demás y por
el mundo; una invitación a llevar una vida que demuestre que el servicio
público es sinónimo de honestidad y justicia, y antónimo de cualquier forma de
corrupción.”*
*Gracias su Santidad Papa Francisco por haber derramado
tantas bendiciones sobre este pequeño País.*
Gracias pueblo panameño por demostrar una vez más nuestra nobleza.
*Gracias juventud peregrina por dejarnos
abundantes ejemplos de vida en colectividad.*
Panamá, 29 de enero de 2018
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