En la última década se aumentó el presupuesto de la CSS, de manera exponencial, después de las reformas de 2005, y en 2008 la asignación presupuestaria alcanzó la suma de B/ 1,732.5 millones, mientras que el año corriente el presupuesto alcanza la friolera de B/.6,108 millones en el 2020, generando una diferencia de B/.4,375.5 presupuestaria, que pareciera no tomar en cuenta el déficit actuarial de la CSS.
En esta década, fueron aumentados en más del 100% los salarios de todos los puestos ejecutivos, se aumentó de forma impresionante la planilla y la burocracia de la CSS, no obstante, los servicios médicos hospitalarios disminuyeron su calidad en forma considerable.
Se desmanteló en este periodo oscuro, la producción de medicina con el equipo farmacológico de La C.S.S. y se abrió puertas a la grave especulación en la compra de los medicamentos y equipos médicos nacionales e importados que terminan costando al Seguro Social, 300% adicional respecto de los precios de los mismos en otras latitudes, causando serias afectaciones a las finanzas de la CSS.
Cuando el presidente Cortizo-Cohen sintetizó en la palabra desastre, la corrupción, el manejo y administración del país en los últimos 10 años, ello se cebó de manera especial y profunda en la CSS, misma de la cual depende la paz pública del país, y hoy descubrimos que de manera irresponsable se han ocultado los informe actuariales y otras informaciones vitales, solo para seguir en el jolgorio de darle sepultura a lo que nos mantiene fuera de un conflicto social, que en otras latitudes amenaza con arrasar a esas sociedades.
Resolver los problemas de la CSS, solo podrán realizarse desde un esquema novedoso y muy responsable, que implica poner orden, acabar con la desidia, preservar la concepción solidaria y humanista que garantiza los derechos humanos de los panameños y aplicar aquel pensamiento de Alberto Einstein que dijo: «Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad»., y de ella tenemos que revestirnos para poder rescatar con vida a la CSS, cortando por lo sano y extirpando toda práctica de corrupción que ha llevado a cuidados intensivos a la más grande institución panameña y al país entero.
¡Por un país decente y una patria para todos!
¡Así de sencilla es la cosa!
José Dídimo Escobar Samaniego
Cédula: 7-84-41
15 de enero de 2020
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