Gesta de Chicago
de 1886: antecedentes y objetivos de lucha
Por Jaime Flores Cedeño
“Lo acontecido hace 135 años fortaleció
la lucha de
los trabajadores hasta lograr conquistar las ocho horas y una mejor situación
laboral”
Hace 135 años, el 1
de mayo de 1886, se produjo en los EE. UU. una protesta nacional por la justa
reivindicación de las ocho horas de trabajo. Esta decisión fue adoptada dos
años antes en Chicago, durante el IV Congreso de la Federación Norteamericana
del Trabajo.
Esa fecha se escogió
por ser el plazo nacional establecido para la renovación de los contratos
colectivos de trabajo, por ende, no fue algo al azar. Ello indica que los
hechos que se dieron aquel esperado día, particularmente, en Chicago, estaban
previstos por los dueños de los medios de producción, los cuales ignoraron el
llamado a huelga de los trabajadores.
La Gesta fue el
desenlace de algo más de ocho décadas de explotación laboral sostenida por
parte del capital industrial y comercial en contra de los trabajadores. La
burguesía se había enriquecido, como sucede hoy, a costa de los bajos salarios
y la precariedad del proletariado, que incluía mano de obra de niños y mujeres,
que debían trabajar de 12 a 16 horas diarias, sin mayores derechos.
Esta situación
obligaba a los trabajadores a vivir en un estado de miseria familiar que rayaba
en lo inhumano. Ante tales eventos, no quedaba otro camino que la organización,
los llamados de unidad y la protesta, con el fin de enfrentar la voracidad
capitalista, que solo pensaba en su felicidad material. Ejemplo de lo anotado
fue la huelga de 1827, dirigida por trabajadores gráficos, vidrieros y
albañiles, que exigían reducir las horas de trabajo. En 1832, los trabajadores
de Boston hicieron otra huelga con similares objetivos. Las protestas en todo
el país eran algo constante, lo que contribuyó a forjar la conciencia de clase
de los trabajadores y su espíritu de lucha.
Una fecha importante
en este camino aconteció en 1867, al fundarse el Partido Nacional Obrero, que
contrarrestaba la partidocracia sucesiva de los EE. UU., donde solo dos
partidos pertenecientes a la élite industrial se turnaban en el poder y
ejercían un Gobierno plutocrático.
Las manifestaciones
públicas de los trabajadores a favor de sus derechos se hacían por medio de
paros, huelgas y mítines. Casi siempre estas acciones eran perturbadas por la
policía que venía a ser el brazo represivo de la burguesía desde el aparato del
Estado. Una de esas grandes incursiones policiales se llevó a cabo en 1877, a raíz
de una huelga de trabajadores del ferrocarril, en aquella ocasión cayeron
ultimados obreros en Maryland, Pittsburgh y Saint Louis.
Este escenario de
violencia institucional que se vivía en los EE. UU., no era diferente al que
acontecía en Inglaterra, Prusia, Italia y Francia, donde miles de trabajadores
cayeron defendiendo sus derechos, tal fue el caso de las masacres de 1848
durante la “Primavera de los pueblos” y “La Comuna de París de 1871”.
Los ataques a los
trabajadores se orquestaban también por grupos paramilitares pagados por la
propia burguesía. El objetivo de estas bandas al margen de la ley iba dirigido
a quebrar huelgas por medio de intimidaciones y hacer desaparecer a
trabajadores. La historia recuerda a la famosa banda de asesinos denominada “Los
Pinkerton”, que llevaban a cabo estas tareas.
Estos antecedentes,
los cuales hemos resumido, constituyeron el largo camino por la conquista de
los derechos laborales de los trabajadores y que tuvo su punto más álgido aquel
1 de mayo de 1886. Ese día el país insignia del capitalismo se estremeció con
más de cinco mil huelgas, donde participaron algo más de 350 000 trabajadores.
Chicago, fue el epicentro de las mayores protestas por su condición industrial,
allí, la burguesía no iba a dar su brazo a torcer. La policía reprimió con todo
su arsenal a los manifestantes, lo que produjo incontables muertos y heridos.
La represión en los
días sucesivos se hizo más agresiva, aumentando la cifra de obreros caídos.
Finalmente, la policía logró tomar el control, esto llevó a una cacería
sistemática de dirigentes que fueron arrestados, torturados y ahorcados bajo
falsos cargos.
Lo acontecido hace
135 años fortaleció la lucha de los trabajadores hasta lograr conquistar las
ocho horas y una mejor situación laboral. El ejemplo dado por los obreros de
los EE. UU., en especial, los de Chicago, fue motivo para que, en 1889, la
Segunda Internacional declarara el 1 de Mayo como el “Día del Trabajo”, fecha
que se ha mantenido hasta el presente y que conmemora la valentía de héroes y
mártires que arriesgaron sus vidas por hacer valer sus derechos.
Abogado
– historiador.
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