América Economía (cortesía de Nils Castro)
Paso a paso, el plan de la USAID
para poner fin al gobierno de Chávez
Documentos secretos de WikiLeaks detallan 
cómo el embajador William Brownfield, ahora subsecretario del Departamento de 
Estado, tenía previsto poner fin al chavismo.
Entre 2004 y 2006, la USAID realizó 
diversas acciones para llevar adelante la estrategia de Brownfield, donando algo 
menos de U$S15 millones a más de 300 organizaciones de la sociedad 
civil.
- Lun, 01/04/2013
Natalia Viana y Luiza 
Bodenmuller. Tras el fracaso del golpe de Estado contra Hugo Chávez en 
2002, la embajada de EE.UU. en Caracas decidió tomar para sí la tarea de 
reorganizar la oposición venezolana, apostando por una estrategia a largo plazo 
que minaría el poder del gobierno. En agosto de 2004, el mismo mes del 
referéndum revocatorio promovido por la oposición con un amplio apoyo de la 
misión estadounidense, el texano William Brownfield llegó a Caracas nombrado por 
George W. Bush para asumir el cargo de embajador en el país. Pragmático y 
sucinto, como revela el documento de WikiLeaks 
analizado por Agencia Pública, William Brownfield elaboró un plan de 5 puntos 
para terminar con el chavismo en el mediano plazo.
El documento secreto, enviado por 
Brownfield a Washington el 9 de noviembre de 2006, recuerda las directrices 
establecidas dos años antes. "El objetivo de la estrategia es: 1) Fortalecer las 
instituciones democráticas, 2) Infiltrarse en la base de la política de Chávez, 
3) Dividir el chavismo, 4) Proteger negocios vitales para los EE.UU., y 5) 
Aislar a Chávez internacionalmente", escribió Brownfield, hoy secretario 
antinarcóticos del Departamento de Estado, una agencia que se encarga de la 
formación de las fuerzas policiales extranjeras en los EE.UU., incluidos decenas 
de países de América Latina. 
Entre 2004 y 2006, la USAID realizó 
diversas acciones para llevar adelante la estrategia de Brownfield, donando algo 
menos de U$S15 millones a más de 300 organizaciones de la sociedad civil. La 
USAID, a través de su Oficina de Iniciativas de Transición (OTI) -creada dos 
meses después del fallido golpe de Estado- dio asistencia técnica y capacitación 
a las organizaciones y las puso en contacto con los movimientos internacionales. 
Además, el documento explica que "desde la llegada de la OTI se formaron 39 
organizaciones con foco en el advocacy (convencimiento). Muchas de estas 
organizaciones son el resultado directo de los programas y financiamiento de la 
OTI".
Un objetivo principal de USAID era llevar 
los casos de violaciones de derechos humanos ante la Corte Interamericana de 
Derechos Humanos a fin de obtener condenas y socavar la credibilidad 
internacional del gobierno venezolano. Es lo que hizo, según el relato de un ex 
embajador, el Observatorio Venezolano de Prisiones, que consiguió que el 
tribunal emitiese una decisión pidiendo medidas especiales para resolver las 
violaciones de derechos humanos en la prisión "La Pica", en el este del país. 
Otra organización, la “Human Rights Lawyers Network in Bolivar State” (red de 
abogados de derechos humanos en el estado de Bolívar), presentó ante la Corte 
Internacional un caso de masacre de 12 mineros en el estado venezolano de 
Bolívar por parte del ejército. El grupo fue creado, según Brownfield, "a partir 
del programa Freedom House, y un financiamiento de la DAI para distribuir 
pequeñas donaciones".
La empresa DAI - Development Alternatives 
Inc - fue de 2004 a 2009 el principal gerenciador de fondos de la USAID en el 
país, habiendo distribuido millones de dólares a diversas organizaciones a 
partir de la estrategia del gobierno de los EE.UU. (lea más aquí sobre DAI).
Desembolsó, por ejemplo, 726.000 dólares en 
22 becas para organizaciones de derechos humanos, de acuerdo con el documento de 
WikiLeaks. También ayudó a crear el Centro de Derechos Humanos de la Universidad 
Central de Venezuela. "Ellos han tenido éxito en llamar la atención sobre el 
Derecho de Cooperación Internacional y la situación de los derechos humanos en 
Venezuela, como una voz nacional e internacional", explica el tejano Brownfield 
en su despacho diplomático.
Otras áreas en la que el financiamiento 
para las ONG ayudaría a concretar la estrategia norteamericana incluían 
tentativas de neutralizar el "mecanismo de control chavista", que utiliza 
"vocabulario democrático" para apoyar la ideología revolucionaria bolivariana, 
en palabras del diplomático. "La OTI ha luchado contra eso a través de una 
programa de educación cívica llamado ‘democracia entre nosotros’, cuyo principio 
era enseñar al pueblo venezolano lo que en realidad significaba la democracia. 
Los programas educativos dirigidos, como tolerancia política, participación y 
derechos humanos, han llegado a más de 600 mil personas", dice el documento.
Dividiendo el chavismo
A continuación, el documento detalla las 
estrategias para "dividir el chavismo", basadas en la noción de que Chávez 
trataba de "polarizar la sociedad venezolana mediante una retórica de odio y 
violencia". El remedio, en la cabeza de Brownfield, sería dar ayuda a las ONG 
locales que trabajan en las "fortalezas chavistas " y con los "líderes 
chavistas" para "contrarrestar la retórica" y "promover alianzas". Los esfuerzos 
de la USAID en este sentido costaron U$S 1,1 millones para llegar a 238.000 
personas en más de 3.000 foros, talleres y sesiones de entrenamiento, 
"transmitiendo valores alternativos y dando oportunidad a activistas de la 
oposición de interactuar con chavistas, obteniendo el deseado efecto de 
alejarlos lentamente del chavismo".
Ejemplos de ello son el grupo de "Visor 
Participativo" que consta de 34 ONGs capacitadas y supervisadas por la OTI, para 
trabajar en el fortalecimiento de los municipios. "Mientras Chávez trata de 
recentralizar el país, la OTI, a través de Visor, está apoyando la 
descentralización", escribe Brownfield.
Otra iniciativa, a un costo superior a los 
U$S 1,2 millones, promovió la creación de 54 proyectos sociales en toda 
Venezuela, "permitiendo las visitas del embajador en las zonas pobres del país y 
demostrando la preocupación del gobierno de los EE.UU. con el pueblo 
venezolano", explica Brownfield. "Este programa confunde a los bolivarianos y 
retrasa el intento de Chávez de utilizar a los EE.UU. como un ‘enemigo 
unificador’".
Con el objetivo de "aislar a Chávez 
internacionalmente", el embajador se jactaba de que la USAID, a través de la ONG 
estadounidense Freedom House, financió viajes de miembros de organizaciones de 
derechos humanos de Venezuela en México, Guatemala, Perú, Chile, Argentina, 
Costa Rica y Washington. "Además, la DAI trajo decenas de líderes 
internacionales a Venezuela y también profesores universitarios, miembros de 
ONGs y líderes políticos a participar en talleres y seminarios, para que 
volviesen a sus países de origen comprendiendo mejor la realidad de Venezuela, 
convirtiéndose en fuertes aliados de la oposición venezolana".
Brownfield finaliza el documento, escrito 
en 2006, con una advertencia: "Chávez debe ganar las elecciones presidenciales 
del 3 de diciembre y la OTI espera que el ambiente para trabajar en Venezuela se 
torne más complicado." De hecho, el embajador abandonó el país el año siguiente, 
asumiendo el mismo cargo en Colombia antes de ser nombrado por la administración 
Obama para hacerse cargo de la cooperación policial con otros países.
Antes de que Brownfield asumiera la 
política de los EE.UU para Venezuela, la Oficina de Iniciativas de Transición 
(OTI) centró sus actuación en el fortalecimiento de los partidos políticos de 
oposición – como muestra otro documento de WikiLeaks del 13 de julio de 2004 - 
incluyendo un proyecto de 550 mil dólares para promover consultorias de 
especialistas latinoamericanos en liderazgo político y estrategia de los 
partidos, y un proyecto de U$S450 con el Internacional Republican Institute 
(IRI) -del Partido Republicano - para entrenar a los partidos de la oposición 
para "diseñar, planificar y ejecutar las campañas electorales” en "escuelas de 
entrenamiento de campaña".
En 2010, bajo creciente presión del 
gobierno venezolano, la oficina de la OTI en el país fue cerrada y sus funciones 
fueron transferidas a la oficina para América Latina y el Caribe de la 
USAID.
*La 
traducción de este reportaje corresponde a El Puerco 
Espin.
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