Un solo frente electoral
Por: Moisés Pinzón Martínez
15 de enero de 2012
Los acontecimientos recientes le han
dado la razón a las distintas volantes y publicaciones que hemos realizado desde
hace dos años pero que hemos sido muy cauto al presentar el fenómeno; sin
embargo, ante lo crítico de la situación, aunque me tiemblen los pies, no puedo
seguir siendo metafórico: lo que se cuaja es un gran fraude para el 2014.
El endeudamiento extralimitado, que
ciertamente si se usara de buena fe, es correcto; sin embargo, la
sobrevaloración de los proyectos indican perdidas por varios miles de millones
de dólares “que no se sabe” a que bolsillos, de que empresario, van a parar.
Vinculado al control autocrático de la Asamblea de Diputados, de la Corte
Suprema de Justicia, de la Procuraduría de la Nación, de la Contraloría; la
utilización de los recursos de Estado para campañas políticas publicitarias, y
para la compra de políticos de oposición, indican un solo destino.
¿Cuál es el propósito? Solo les faltaba el control de
la Alcaldía Capitalina para cerrar el círculo de poder absoluto; que lo logran
a escasos 2 años de las elecciones. Con qué fin, con tan poco tiempo de vida,
se hace semejante esfuerzo… Han logrado abolir todas las leyes que definían
claras políticas de transparencia y control financiero, y también las que
garantizaban una oposición estable. Los métodos arbitrarios con que se ha
logrado esto, es lo más determinante en el entendimiento de los propósitos.
Ellos, con la ayuda decidida de los
republicanos, tienen la ventaja estratégica, y no la van a soltar. El plan,
claro está, es lograr previo a esa fecha, una gran explosión de inauguraciones
de grandes proyectos que eleve y consolide su oferta electoral que les permita
una fuerza de votos para enfrentar a la
oposición dividida. Ante un margen pequeño de votos de diferencia, tal como
sucedió en Méjico y en los propios Estados Unidos, introducir entonces un
paquetazo que puede ser de votos o de cartas legales sacadas de la manga de un
mago; y que incluso, en la desesperación, podrían inventar alternativas para
evitar dicha fiesta electoral, como podría ser una constituyente. Y nadie va a
investigar nada, ni mucho menos se va a atrever.
Esto indica que para enfrentar la
autocracia, hay que estar seguros que la cantidad de votos en el 2014 sea tan
grande que deje en clara evidencia cualquier acción de nivelarla en forma
ficticia, tal como sucedió en las elecciones de 1989. Y para lograr esta
realidad es necesario crear un gran Frente Pro Defensa de la Institucionalidad
Democrática.
No es posible, dado el riguroso control que el
gobierno tiene sobre todos los órganos, una salida distinta; en tal caso,
asumiendo que estén pensando en ello, lo que ocurrirá es un desgaste que
impedirá, a última hora, llegar a
acuerdos de cara a las elecciones. No es cierto, no nos equivoquemos,
que no tendrán los votos suficientes para justificar una situación mágica, si aparecieran
3 o 4 candidatos a presidente. Como tampoco pensemos que si llegan hasta ese
nivel los acontecimientos, van a dejar fuera del baile a los representantes,
alcaldes y diputados.
Ante este cuadro de situaciones,
hacemos un llamado a las fuerzas políticas principales de nuestro país, al Partido Revolucionario Democrático
(PRD). al Partido Panameñista (PA), al Partido Popular, a las Organizaciones
Sindicales y sus partidos políticos en formación a despojarse de sus nimias
aspiraciones al poder transitorio, para pasar a conformar este Frente; único
camino certero que nos permitirá mantener el equilibrio de nuestra sociedad
amenazada. Evidentemente hay que llegar a acuerdos sobre tareas y
reivindicaciones populares sentidas por décadas, razón por la cual estos
fariseos han logrado calar en determinados sectores del pueblo.
El Partido Revolucionario
Democrático al igual que el Panameñista y el Popular tienen que adecuar sus
Estatutos para poder permitir el cumplimiento de los acuerdos necesarios para
que dicho FRENTE sea Electoral. Y esta no es una tarea fácil; sin embargo, no
queda alternativa si es que entendemos que lo que queda por delante, en nuestro
país, es el lado oscuro de la fuerza. O es que están esperando sucesos
parecidos al caso Mateotti en Italia y al de Dimitrov en Alemania, o al de
Gaitán en Colombia, para darnos cuenta de lo que se avecina, si es que ya no se
han empezado a perpetrar.
Dicen los chinos que toda crisis es una oportunidad. No
hay duda que es así, las crisis no son sino el producto de fuerzas en conflicto
que en su contradicción insalvable provoca una situación en la que los menos
aptos se liquidan o pasan a otro estadio inferior y los más aptos logran
transformarse, avanzando. Y ciertamente tenemos una gran posibilidad de dirimir
los odios y rencores que con razón o sin ella hemos ido acumulando,
construyendo una patria para todos; incluyendo a los cientos de miles de
panameños que amanecen sabiendo que si desayunan no almuerzan y si almuerzan no
cenan; mientras un grupito de burócratas despiadados, desperdician inmensas
fortunas en frugalidades. O como diría el poeta Pedro Rivera:
¿Patria? ¡Bonito sería que el país
que recuperó el Canal ayer,
erradicara la pobreza hoy!
Este es el último tema del libro: "El diputado o la muerte del Príncipe".En dicho libro se utiliza la realidad política vivida en Panamá entre el 2003 y el 2012, logrando universalizar los temas, de tal suerte que pueden ser patrones de estudio para cualquier país.
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